Capitulo 8

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—Jimin, tengo hambre .—Chillo el moreno, sentando desde la mesa. 

—Amor mío, ¿Puedes esperar un poco más?, la comida ya casi va a estar lista.—Le contesto Jimin con una sonrisa, a Jungkook le encantaba escuchar su "Amor mío", porque el realmente se sentía tan suyo. 

—Apúrate.—Verlo cocinar era una de las cosas que le encantaba, a pesar de que Jimin decía que él no era bueno en ello, verlo con delantal frente a él era llamativo-

—Sí,  sí, ya voy.—Reclamo el peli naranja, su novio no era la persona más paciente del mundo, pero eso al fin y al cabo le daba igual, escuchar hacer berrinche era lo que más le gustaba, era su melodía favorita en el mundo. 

Se acercó a la mesa, dejando con los guantes de cocina el caliente sartén, Jungkook se relamió los labios al ver la carne jugosa frente a él.

—Se ve increíble amor.—Le dijo el moreno a su novio, el cual esbozó una enorme sonrisa por el cumplido. 

—Lo se, es por tanto ejercicio.—Jungkook se hecho a reír. 

—Hablaba de la carne del sartén, pero ahora que lo dices, tú también te ves increíble.—Ambos rieron, las tardes sin escuela eran siempre así, llenas de risas, piropos que se aventaban el uno al otro, amor por toda esa casa, la cual había sido un regalo del padre de Jimin, y Jungkook había dejado su apartamento rentado para irse a vivir con su novio, claro después de que este le rogara por días.

El mayor se sentó alado de su novio, le acerco la carne con el tenedor para que este comiera, Jungkook abrió la boca con intensión de agarrar el pedazo de carne, pero antes de poder tenerlo para él, Jimin lo aparto de un movimiento y se lo llevo el a la boca.

—Oye, ese era mío.—Le dio un empujón amistoso.

—Muy lento, amor.—Tomo otro pedazo, y se lo acerco nuevamente, Jungkook lo tomo y mastico.

—Mm, rico .—Y con la mano tomo otro pedazo.  

 —Lo se gracias. —Jimin tomo otro pedazo para él.

Por la noche, siempre se iban a la cama temprano, pero no especialmente para dormir.

—¡Ah! Jimin.—gimió Jungkook, ambos se encontraban debajo de las sabanas, con la luz apagada y con toda la casa en silencio, para que sus gemidos crearan la música que tanto les gustaba.

—Te amo, precioso.—Le susurro Jimin al oído, el menor se abrazo de su novio con fuerza, no cambiaría esos momentos por nada. 

—Yo también, yo también te amo.—Entonces ambos comenzaron a moverse, a gemir, a disfrutar, y a amarse, como solían hacerlo siempre.

Cartas a Jimin [JinKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora