_______. Mi nombre completo es _______ _______. Tengo 24 años. Soy una mujer independiente, sociable, algo testaruda, atrevida y sobretodo una mujer bastante sensual. No es que sea egocéntrica, pero todos los hombres con los que he estado me lo han dicho. Y el día de hoy se me cruzo por la cabeza hacer algo, para mi bien, algo para mí. Voy a venderle mi alma al diablo, a cambio de tener todo en la vida o no sé bien a cambio de que.
- ¿Sea? – la llamé. Mi rubia amiga se giro a verme.
- ¿Qué pasa? – me dijo. Sonreí levemente.
- ¿Qué pasaría si un día decido venderle mi alma al diablo? – le pregunte.
Sea tomó una cruz que colgaba en su pecho. Debo decírselos, ella es muy creyente y esas clases de temas la alteran un poco. Tanto así que después termina rezando tres rosarios y como veinte padres nuestro.- ¡Que tu boca se haga a un lado _______ _______! – me dijo y toco su pecho izquierdo. Eso significa, deshacer lo que has dicho
- ¿Qué tiene de malo? – le pregunte divertida