El último deseo de Siegfried se cumplió el 11 de noviembre a las once de la mañana, cuando la delegación alemana firmó el armisticio con unas condiciones serveras.
Como decía Horacio Quiroga en su Decálogo del perfecto cuentista: "ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas."
Y en cuanto a Gavrilo Princip, el autor del asesinato del archiduque y su esposa, murió a tan solo seis meses de la capitulación de Austria-Hungría y del fin de la guerra, pero dejó como recuerdo una frase tallada en su celda:
"Nuestras sombras andarán por Viena, se pasearán por la corte, atemorizarán a la aristocracia."
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Memorias De Un Soldado Alemán
Ficção HistóricaUn viaje apasionante por la historia: la primera guerra mundial.