XII

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Caminaban en silencio dirigiéndose a la recepcionista. Era un silencio cómodo, Jimin lo definía como preciso para el momento, tenía tantas cosas que decirle a su hyung de lo que había pasado pero no quería provocar alguna confusión en él, más de la que ya tiene.

Los pensamientos de Yoongi no eran distintos a los de Jimin, él se sentía confuso, pero no podía negar, ya no, que todo aquello le gustaba de alguna manera.

- El director ha comentado que estén al pendiente de sus teléfonos - dijo enseguida la chica. Al parecer era una nueva recepcionista que, claro estaba, no sabía el por qué de los chicos ahí.

Jugaba con su cabello, movía sus pechos en cada oportunidad mirando fijamente a Yoongi. - Dice que podría haber otra cancelación de ensayo - módulo su voz de tal manera que al término de la oración sonará como quejido.

Yoongi la veía sin expresión alguna pero asentía a cada palabra sin quitarle la mirada de encima. Park no sabía exactamente que sentir, acaban de tener algún tipo de sexo y ahora él estaba, prácticamente, coqueteando con una chica delante de él.

Todavía no estaba muy en claro su situación con él, pero nada de lo que estaba ocurriendo ahí le gustaba.

- Sí, bueno, supongo que es todo - corto la conversación Jimin - Vamos.

Yoongi obedeció pero la mano de la chica lo detuvo. De manera sensual y prácticamente recostada en el escritorio apretando sus pechos haciéndolos verse más grandes y redondos, dijo con voz seductora:

- Uh, ¿Puedo tomar tu número, oppa?

Cada palabra le hacía hervir su cuerpo, le enfureció ver la insinuación y que Yoongi no dijera nada, en realidad muy dentro de él sabía que esto era su hyung. Él quizás y muy probable sea una experiencia que terminaría por borrarse así como alguna estupidez que hizo el verano pasado.

Su interior, su yo, decía a gritos que tomará y lo besara tan salvaje que la tipa seria capaz de excitarse al ver a dos tíos dándose un beso tan fogoso, pero después de todo y todo lo que han hecho se tenía que quedar ahí, es una obra al fin de cuentas.

Volvió a sus sentidos cuando vio que quitaba la mano de la chica y con un expresión totalmente desinteresada, al menos eso quería creer, contestó:

- No, gracias. - giro a verlo - Vamos, Jimin. Lo siguió enseguida que dijo aquello con miedo a que cambiará de opinión y aceptará la oferta de la mujer.

Llegaron al departamento, ninguno tenía planes para salir, al menos Yoongi aún no se recuperaba de la cruda que había adquirido por tomar de esa manera y lo menos que quería era salir.

Habían decidido mejor comer en casa, Yoongi cocino algún platillo fácil que para sorpresa de ambos era el favorito de Jimin.

Compartían el sillón, cada uno en una esquina. Yoongi escuchaba atentamente las risas que daba Jimin por el programa de variedades que estaban viendo: running man. De cierto modo se parecía a la risa de Hoseok pero algo era muy distinto.

La de Jimin le gustaba.

- Aquella chica... quería comerte - dijo enseguida que comenzaron los comerciales.

- Me sentí al igual que una mujer siendo acosada - río ante su propio chiste.

Lo miró sorprendido, el chico no solamente había cambiado en cuestión de gustos, sino que toda su personalidad, todo lo que él desprendía de ser frío y rudo en una sola mirada había cambiado de manera significativa y eso a Jimin, le gustaba.

No estaba seguro si era por todo lo que había pasado con él, pero lo que si podía asegurar era que solo él veía esa parte de Yoongi.

Se dejó llevar por sus pensamientos hasta que pudo recordar muy claramente, como si él se lo estuviera haciendo, aquellas manos flacas, finas pero rudas en toda la extensión de su miembro.

Efecto LujuriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora