010: Voces internas.

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«Eres un egoísta, ¿Por qué vuelves? ¿Crees que el niño te aceptará de nuevo? Eres un desconsiderado. Si fuiste un egoísta conmigo, ¿Por qué no lo serías con una versión menor de mi?»

Una y otra vez, esa "voz" lo destruía, esas simples palabras lo hacían pedazos. Ford estaba consciente de que Stanley no estaba con el, pero las voces de su cabeza lo hacían creer lo contrario. El niño se miraba feliz con Bill, llegó a tal punto de creer que no era necesario separarlos y que estarían bien juntos, pero no podía permitirlo. Estaba muy confundido, desde que escuchaba la voz de Stanley en su cabeza ya no sabía que hacer.

No sabía si debía ir con el niño, la culpa que sentía lo hacía retroceder, aún más cuando escuchaba la voz de Stanley en su cabeza repitiéndole que era un egoísta. Bill podía hacer lo que se le antojaba al niño, debía evitar que sufriera lo mismo que el. Cerró sus ojos mientras apretaba sus puños, estaba decido en ir a arreglar las cosas con Stan.

«Cálmate, es solo un niño. No lo has visto en casi mas de un mes, no te morderá», pensaba, tratando de ser positivo.

Soltó una pequeña risa al recordar que esa frase la había dicho su hermano el día que se encontraron, pero no quería recordar. Necesitaba olvidar la culpa, recordar le daba un enorme dolor al corazón, podía volver a intentarlo con el niño.

Y sin más, se abrió paso entre los arbustos causando ruido el cual delataba su presencia. El infante vió por el rabillo del ojo y notó que alguien los había seguido, sin esperarse sacó una ballesta que estaba apuntando hacia Stanford, justamente a su corazón.

-¡Aléjate extraño! -gritó y estaba a punto de disparar pero logró distinguir que no era un extraño, era Ford.

-Wow, cálmate niño -tomó la ballesta tranquilamente- soy yo, Stanford.

El infante llenó sus ojos de lágrimas listas para derramarse pero se contuvo, no tenía tiempo para llorar, su amigo había vuelto con el. Era cuestión de segundos para que el pequeño se lanzara hacia el castaño abrazándolo fuertemente sin soltarlo. El castaño soltó una pequeña risa y correspondió al abrazo sin dudar, al fin se habían encontrado.

-Stanford... creí que jamás volverías -susurró mientras rascaba sus ojos para no llorar pero fue inevitable, el castaño le dedicó una pequeña sonrisa y lo abrazó de nuevo, Ford no era alguien que se expresaba con facilidad pero con el niño era distinto. Estaba decidido en cambiar.

-Lo sé niño, pero he vuelto -afirmó y tomó del mentón al niño- te prometo que jamás volveré a alejarme de ti, siempre estaremos juntos.

-¿Lo prometes? ¿De verdad? -sus ojos brillaron lo suficiente para convencer completamente al castaño, debían estar juntos así podría protegerlo de Bill.

-Lo prometo -respondió y ambos castaños se levantaron para entrar a la cabaña, sin embargo el conejo seguía ahí, observándolos. El demonio debía ingeniarselas para apartarlos, pero necesitaba tiempo para lograr su plan. Decidió dejar en paz a los Pines, por ahora. Debía pensar en su nuevo plan y este no fallaría.

-Hey espera, falta Bill -replicó el infante, el castaño sintió un enorme escalofrío al escuchar ese nombre pero no le diría nada al niño por ahora, debía disimular.

-¿Bill? ¿Quién? -preguntó tratando de no delatar su nerviosismo.

-Bill... Es un conejo, muy agradable para decir verdad pero al parecer ya se fue a su madriguera -explicó y rascó el puente de su nariz, el castaño solo asintió ya no quería hablar más acerca de Bill, solo lograba atormentarlo y no quería eso.

«Y sigues siendo un egoísta ¿Eh? Al parecer no le dirás la verdad a ese pobre niño o bueno, a mi. ¿También le mentirás? ¿Solo para "protegerlo"? Solo piensas en tí, no piensas en el niño. Solo quieres protegerte a ti de ese demonio, no al niño. Eres un egoísta.»

-¿Ford? ¿Estás bien? -la voz del niño lo hizo reaccionar, de nuevo la voz de Stanley lo atormentaba y le encaraba toda la culpa. Rascó su nuca viendo hacia todas partes, estaba frustrado y apretó los dientes, debía actuar con normalidad.

-Cl-Claro niño, estoy bien. ¿Quieres comer hotcakes? -preguntó tratando de animarse. El infante tenía una enorme sonrisa en sus labios; los hotcakes eran su comida favorita en todo el multiuniverso al igual que el castaño.

-¡Claro que sí! ¡Vamos a prepararlos! -exclamó animado, ambos castaños fueron a la cocina y al entrar el mayor se sorprendió al ver tal desorden en el lugar, estaba vacío casi por completo ¿Cómo pudo sobrevivir por más de un mes sin comida?

-Al parecer no has ordenado por aquí -levantó platos que habían en el suelo- ayúdame a limpiar, luego haremos los hotcakes -ordenó, el infante asintió y obedeció la orden del castaño. Ambos comenzaron a limpiar, el pequeño barría cada rincón del salón mientras que el castaño lavaba los platos. Al cabo de unos minutos la cocina estaba como nueva.

-Bueno, ahora si podemos cocinar pequeño -dijo con una sonrisa algo forzada. El infante rió pero salió de la habitación sin avisar, causando cierta confusión al castaño. Colocó sus manos detrás de su espalda mientras miraba hacia la ventana, pensaba en como le diría al niño acerca de Bill.

«Es muy pronto para que lo sepa, a lo mejor ya no vuelve a molestarnos.», pensó, tratando de evitar que la voz de Stanley se hiciera presente.

Pasó un rato y el niño no volvía, Ford estaba comenzando a preocuparse así que decidió subir a la habitación del niño. Al subir, notó que la puerta estaba abierta cosa que le extrañó un poco así que entró y el niño estaba buscando algo, parecía desesperado.

-Hey niño, ¿Qué buscas? -preguntó mientras arqueaba una ceja, el niño no respondió y siguió buscando desesperadamente, tiraba todo lo que lo rodeaba cosa que Ford ya no podía tolerar.

-¡Niño! -gritó tomándolo de los hombros- ¡¿Qué buscas?! ¡Responde!

-¡Mi barco! ¡Estoy buscando mi barco! -gritó inflando sus mejillas. Ambos castaños se fulminaron con la mirada, debían calmarse ya que gritando no resolverían nada.

-¿Tu barco? ¿Qué tiene de especial para que tires todo a tu alrededor solo por encontrarlo? -cuestionó en un tono molesto, el infante rodó los ojos y siguió buscando.

-Eso no debería importante, déjame buscarlo -respondió y siguió con la búsqueda. El castaño soltó un suspiro de frustración y masculló un "Esta bién" pero mientras salía logró distinguir el juguete hasta el fondo de un mueble, se acercó y lo sacó. Al verlo noto que era el barco y se formó una pequeña sonrisa en sus labios.

-Niño, creo que ya lo encontré -replicó y el mencionado alzó su vista al mayor, el barco que el buscaba era el que tenía Ford.

-¡Lo encontraste! ¡Gracias Ford! -exclamó muy entusiasta y lo abrazó rápidamente. Ambos rieron y decidieron bajar a hacer algo de comer, comenzaron a cocinar o al menos el intento. Sin embargo, lograron crear los hotcakes y fueron a la mesa a comer. Pero había mucho silencio, Ford decidió romper con el.

-Y... ¿Por qué es tan importante ese barco para ti? -logró articular nervioso, el pequeño paró de comer brevemente y alzó su vista hacia el castaño.

-Mi hermano y yo queríamos un barco, íbamos a llamarlo el Stan O' War, pero ya sabes que sucedió después -terminó y continuó comiendo. El castaño sintió mucha tristeza al escucharlo, era su sueño, pero fue arrebatado.

«Era nuestro sueño, pero tu lo arruinaste con tu absurda universidad, nunca nos hubiéramos separado seis dedos.»

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2016 ⏰

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Different Dimensions. [Stanford Pines]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora