Cap 9

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Otro día, Amanda camina hacia la escuela, totalmente agotada.

"Todo cansancio no se notaba en su forma de actuar, no, lo agotado se veía en su cara, en aquellas bolsas debajo de sus ojos que ocultaban todo el cansancio acumulado en cuanto a su vida".

Mientras va caminando puede notar en cómo las nubes se acumulan para transformar aquel cielo azul en lluvia, le faltaba mucho para llegar.

Amanda empieza a notar su vista algo cansada. Empieza a llover algo despacio y Amanda comienza a sentir su vista borrosa, se siente mareada, no puede ver lo que hay en su alrededor, ella se desmaya, cae al suelo repentinamente, al comienzo de la lluvia.

Pero ¿qué pasa con ella?, Amanda mientras estaba en el suelo y podía ver a penas, nota que una extraña sombra se acercaba, y le extendía las manos, ella pensaba que se trataba de su padre, quien falleció a sus 4 años, ella ya se hacía la idea de que estaba descansando... En paz.

Luego de una hora, Amanda se levanta, lo primero que ve por en sima de ella es un techo, ella se encontraba acostada.

Levanta su cabeza levemente y mira a su alrededor, alguien la había traído a la parada de autobús, en donde había techo y podía refugiarse de la lluvia. Ella sigue acostada mirando hacia arriba, en ese momento escucha una voz:

"Bueno, perdimos el día de escuela"

Amanda se levanta rápidamente, espantada, asustada, ¿quién la había llevado? Si, era el mismo Dylan:

-¿Estás loco? Oye idiota, me hubieras dejado ahí tirada, te había dicho que no necesitaba tu ayuda

- Te vez linda hasta cuando duermes, jaja

-¿Qué? Oye no es gracioso, me duele mucho la cabeza, no me dormí, me desmayé

- No creo que haya sido desmayo, déjame verte

-¿qué?

En ese momento Dylan se acercó hacia ella, ella se quedó congelada ante la hermosa cara de Dylan.

El rostro de Dylan estaba solo a 5 centímetros de ella, el puso sus manos y acarició las mejillas de Amanda, suavemente, rozando sus mejillas con las yemas de los dedos, Amanda no podía decir palabra alguna, esto era un espectáculo para ella, ella sólo contaba las pecas de Dylan, veía aquellos hoyuelos, sus pestañas largas, sus pobladas y definidas cejas, y por supuesto, olía aquel perfume impregnado en su ropa.

Finalmente Dylan se acercó hacia sus labios, Amanda ya estaba lista para dar el primer beso de su vida, Dylan sonríe, se aleja, aleja sus labios volviendo a la distancia normal, no hubo aquel beso.

-Bien, terminé

-¿terminar de que?

-de verte, lo que tienes es cansancio, mira tus ojeras, estas pálida, necesitas dormir.

Amanda se levanta y exclama:

-Gracias, me tengo que ir, iré a mi casa, te veo luego, adiós

-¿me veras luego?

-no, no quise decir eso, este... De.... ¡No te quiero volver a ver!

-ja ja, hasta luego

No dijeron palabra alguna, Amanda regreso a su casa, a dormir todo lo que no había dormido, a desechar aquel cansancio acumulado.

Apuesta milagrosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora