La Fiesta

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Llegué a mi casa, me di una ducha y después, me arreglé puesto que teníamos una fiesta en casa de unos amigos de mis padres. Ultimamente acudíamos a muchas, ya que cada uno de los amigos de mis padres quería celebrar la suya propia.

Esta vez la fiesta era en casa de los Greene. El señor y la señora Greene eran estadounidenses, ambos tenían un buen trabajo y por tanto una buena casa, además tenían tres hijos: dos niños y una niña. Thomas era el hijo mayor y tenía un año más que yo, por lo que el año siguiente iría a la universidad, el segundo era Scott y este era de misma edad, y por último Annie, la pequeña de la familia, una preadolescente de doce años que me admiraba.

Era una familia muy amable y simpática, y a decir verdad también era una familia agraciada, especialmente sus hijos. La primera vez que los vi no pude evitar fijarme en ellos: dos chicos altos, rubios y de ojos claros; aunque perdí el interés cuando vi por primera vez a Danny, que por aquel entonces ni siquiera conocía su nombre.

Frenchy y yo lo solíamos llamar por un nombre inventado, y aunque Frenchy nunca estaba presente cuando yo lo veía en la playa luego le contaba con todo detalle lo que pasaba. Esa noche le contaría todo lo ocurrido, lo del golpe de la pelota, lo de la chaqueta y lo del paseo...

Quedaba menos de una hora para acudir a la fiesta y yo aún no sabía que me iba a poner, tal vez un vestido, o quizás una falda. Finalmente decidí ponerme un vestido de tirantes blanco que me llegaba por debajo de las rodillas. Me puse un fino collar, unos tacones de estatura normal y me dejé el pelo suelto.

Ya estaba lista para salir, por lo que bajé al salón para esperar a mis padres. En mi familia solo somos tres, mis padres y yo. Lo cierto es que siempre había deseado tener un hermano o hermana pero debido a la enfermedad de mi madre no fue posible.

Pasados unos minutos ya estábamos todos listos, mi madre llevaba además una bandeja con un postre que había hecho casero pasa regalárselo a los anfitriones. Salimos de la casa, y nos fuimos andando a la de los Greene, que estaba solo dos calles más abajo.

Llegamos en menos de cinco minutos y desde fuera ya se escuchaba el ambiente de fiesta, la música, la gente...

La señora Greene nos dio la bienvenida y cortésmente le dijo a mi madre que no era necesario que se hubiese molestado en hacer la tarta, pero de todas formas la aceptó muy agradecida.

Nos invitó a pasar, y me dijo dónde se encontraban sus hijos, en el jardín, al lado de la piscina.

Al verme un poco cortada decidió acompañarme hasta ellos.

-Tom, Scott, Annie, ya ha llegado Sandy. Aquí os la dejo.

-Hola, ¿qué tal? -me preguntó Tom.

Lo cierto es que Thomas estaba muy guapo. Llevaba una camisa y unos pantalones ajustados, y un tupé tan bien hecho que parecía que se hubiese pasado horas peinándose, aunque quién sabe, a lo mejor es cierto.

-Ehh, bien.

-Me alegro, estás muy guapa- añadió Tom.

-Gracias...- contesté a la vez que me ruborizaba.

Al darse cuenta de esto último Tom dijo entre pequeñas carcajadas:

-No te pongas roja, que es verdad.

En ese momento decidí cambiar de tema y le pregunté quién más vendría a la fiesta de nuestra edad. Él me contestó:

-Si lo dices por Frenchy se fue a pasar unos días a casa de una amiga suya, y no creo que venga..., lo siento. Pero vendrán unos cuantos amigos míos, a lo mejor te caen bien.. Sino también vendrán Fred, Dylan, Yvonne y Avalon.

Para mi desgracia Yvonne y Avalon estaban invitadas. Estas eran dos insoportables amigas que no se separaban ni para ir al baño, y lo peor de todo es que me veían como una amenaza. Al menos eso es la sensación que a mí me da, ya que Yvonne está colada por Tom desde hace dos años.

Todos estos cotilleos me los ha contado Frenchy, a ella tampoco le caían especialmente bien por lo que siempre suele pasar de estas fiestas y prefiere quedar con su club ese. Sin embargo, Frenchy era muy amiga de Scott desde que eran pequeños. Yo le pregunté si había algo entre ellos dos, y me dijo que no, pero que en una ocasión Scott estaba enamorado de ella y le besó, pero tuvo que rechazarle porque le gustaba otro chico de su instituto.

Desde entonces suelen hablar menos y su relación de mejores amigos a pasado a amigos que apenas se hablan. Es una lástima que están cosas pasen y estropeen bonitas amistades. Pero en fin, es lo que suele pasar...

Por otro lado no conocía mucho a Fred y a Dylan. Fred era el hermano mellizo de Avalon, al igual que su hermana tenía el pelo castaño y los ojos grises, pero ambos eran de estatura normal; y Dylan tenía también una hermana pequeña pero se llevaban muchos años, este tenía el pelo castaño y los ojos marrones.

Los cuatro que faltaban llegaron a la vez, y al verme Yvonne y Avalon cuchichearon algo que no pude escuchar. Seguramente estarían comentando algo de Tom y yo, ya que sin darme cuenta nos habíamos quedado los dos a solas hablando.

-Hola Tom- dijo Yvonne de inmediato, dándole dos besos. Avalon también lo saludó, pero Fred y Dylan nos saludaron a los dos.

-Hola, vaya, cuanto habéis tardado, siempre haciéndoos de rogar. Al menos he estado muy bien acompañada todo este tiempo, ¿no, Sandy?

-Ya lo veo...-dijo Fred, poniendo una cara cómplice a su amigo. Y a todo esto, yo estaba delante, por lo que fue un poco incómodo. Aunque fue gracioso ver como se ponía celosa la melliza de Fred.

-Bueno, ¿queréis bebidas? He reservado algunas cervezas para vosotros.

-Tú si que sabes amigo.- contestó el mellizo.

Noches de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora