Cambio de planes

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Fue sin duda una noche muy larga. Pasaban las horas pero no podía quitarme de la cabeza todos aquellos acontecimientos ocurridos. Quién iba a decir que mi vida se volvería tan interesante, será que Estados Unidos es un buen sitio para vivir. Lo que era una lástima era pensar que solo estaría un verano allí, ya que había conocido a un montón de gente.

Sin darme cuenta me quedé dormida, y no me desperté hasta que sonó la alarma a la mañana siguiente. Eran las ocho y media. Me levanté, me puse mis zapatillas de estar en casa y me dirigí al baño.

Mientras me miraba en el espejo me cepillaba el pelo y cantaba en voz baja una canción del momento. Unos minutos después mi madre me llamaba desde la cocina para que bajase a desayunar. Olía a café de por la mañana y a tostadas de mantequilla y mermelada.

Bajé los escalones de dos en dos y entré en la cocina, allí me aguardaban mis padres y para mi sorpresa Frenchy estaba también allí. Me sobresalté un poco al verla y dije:

-¡Hola Frenchy! ¿Qué haces aquí?

-¡Hola! Nuestros padres y los Greene han decidido hacer una excursión a una cala cercana, será muy divertido. Date prisa que salimos en media hora.

-¿Hoy? ¿En media hora?

-Sí, date prisa, mientras tanto voy a mi casa a terminar de organizar mi mochila. ¡Nos vemos luego!

-Vale, hasta luego.

Frenchy salió de la cocina acompañada de mi madre y se dirigió a la entrada, se despidió de mi madre y según ella dijo, se fue a su casa. Mi madre regresó a la cocina y me dijo:

-Es una chica encantadora... Este esta siendo un verano muy entretenido, ¿no cielo?

-Sí, pero no me esperaba que hoy fuésemos de excursión... ¿Estaremos fuera todo el día?

-Sí, llegaremos por la noche a casa.

-¿Y los Greene también van?- pregunté de nuevo.

-Sí, ellos también vienen, nos viene bien descansar un poco en la playa después de la fiesta de ayer, ¿te lo pasaste bien? Tom nos contó que estabas cansada y habías vuelto a casa.

-Sí, la verdad es que estaba agotada de tanto baile, además llevaba todo el día en la playa.. Fue un día bastante movido...-respondí, y aunque en parte era verdad, ese no era el motivo por el cual me había ido de la fiesta.

La conversación no duró mucho más y pronto me encontraba guardando todos los aparatos de la playa en el maletero del coche, listos para emprender una nueva aventura, o al menos eso dijeron mis padres.

Yo, sin embargo, no podía parar de pensar en Danny, aquel chico de la playa. Habíamos acordado vernos hoy también y probablemente me tomaría por mentirosa... 

Noches de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora