los bebes son contagiosos

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Capítulo ocho

Día Doce:

Sé que soy afortunada. Tengo amigos y familia que me ayudan con el bebé. Aunque, de acuerdo a mi trabajo soy madre soltera, sé que no estoy completamente sola. He releído las instrucciones para asegurarme de que no estoy haciendo trampas. Gracias a Dios no las hago, de otra manera, no sé si sobreviviría al trabajo.

Tener a gente que me ayude significa que este bebé influye en más personas aparte de mí. Está afectando a todos los que están a mi alrededor de una forma u otra.

Kagome se rió disimuladamente mientras miraba a sus amigos a través del fuego del campamento. Soy muy afortunada.
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-Los bebés, ¿son contagiosos?

Kagome paró de darle de comer a Mikomi, y de discutir con Inuyasha sobre la manera correcta de hacerlo, para mirar a Shippo asombrada.

-¿Contagiosos? -Dios mío, ¿qué será lo que le habrá metido ahora Miroku en la cabeza?

El zorrito se acercó a su madre adoptiva y enderezó la manta que estaba cubriendo a la muñeca. El cariño que puso en esa acción conmovió su corazón e hizo que Kagome sonriera cálidamente.

-¿Qué quieres decir?

Shippo se sentó y miró sobre su hombro hacia donde Sango acababa de dejar inconsciente a nuestro monje pervertido favorito.

-Desde que os fuisteis tú e Inuyasha, de lo único de lo que habla Miroku es de bebés. Más incluso que de pedirles a las mujeres que tengan hijos con él. Es muy serio en este tema. Habla de cómo hacer turnos para cuidarlo, como hacemos nosotros con Mikomi. Hasta ha empezado a hablar de sus nombres. -Se acercó un poco más y susurró la siguiente parte en su oído-: Sango casi ni lo golpea cuando habla de eso, además, ella también habla sobre bebés.

Su boca se abrió de golpe mientras miraba a sus amigos.

-¿De verdad? ¿Sango?

Shippo asintió.

-Sí. Incluso dijo que extrañaba llevar a Mikomi. Miroku dijo que quería una docena de hijos, pero Sango dijo que quería tantos como manos tenía. Discutieron un rato y al final quedaron en cinco niños. ¿Creéis que van a empezar a tener bebés pronto? Si tienen un bebé, ¿seré un tío o un primo? ¿Inuyasha y tú también vais a tener más bebés pronto?

En lugar de golpear a Shippo en la cabeza, Inuyasha hizo un sonido extraño, murmuró algo, y se echó hacia atrás, temeroso. Kagome intentó no tirar su muñeca electrónica al suelo e intentó, también, recuperar la compostura. No estaba segura de si se sentía insultada por la reacción de Inuyasha o si desearía unirse a él mientras se movía por el campamento. Shippo seguía mirándolos con sus ojos inocentes.

-¿Pronto? -chilló Kagome.

Con una rápida sacudida para despejarse, Inuyasha se lanzó hacia el niño y le pegó ligeramente en la cabeza.

-¡NADIE va a tener bebés hasta que no derrotemos a Naraku! -lo dijo lo suficientemente alto como para que lo oyeran los otros dos.

El ahora consciente Miroku suspiró mientras se acercaba a Sango.

-Dijo que nada de tener bebés. No dijo nada de hacerlos... -Pero no pudo acabar la frase antes de que el búmeran gigante se estrellase contra su cráneo y se sumiera una vez más en la inconsciencia.

-Nunca aprenderá -dijo Shippo mientras movía su cabeza tristemente.

-Idiota -dijeron tres voces al unísono.
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