Poeta de madrugada

Poema: «Abismo».

Tengo miedo,
estoy encerrado en una jaula.
Una sin cerradura,
gritando con demencia, pidiendo por ayuda.

Nadie puede oírme.
Nadie presta atención.
Soy solo un murmuro,
pidiendo compasión

Todos pasan de frente,
cada uno metido en sus asuntos.
Ignorando por completo,
a esta alma que sucumbe en el silencio.

Miles de sonidos,
aturden mis oídos.
Las sombras han oído,
mi llamado de auxilio

Corre, pequeño corre, me decían.
Me llamaban a la oscuridad,
a un profundo abismo,
donde solo reina la maldad.

¿Qué hacer ahora?
Nadie más vendrá a mi rescate.
Quizás debería dejarme ir,
y dejar a las sombras reír.

Corre, pequeño corre.
Sucumbe en este entierro,
ha muerto la razón.
En este valle de desolación.

Teme a todo.
No confíes en nadie.
Jamás abras tu corazón,
nadie aquí quiere ayudarte.

Aquí no hay salvación,
este es el valle de desolación.
Ningún alma sale pura.
Todos se manchan con el más vivo carbón.

Probablemente salida no hallarás.
Por más que busques de aquí a allá.
Así muevas cada roca del suelo,
una salida jamás habrá.

Este infinito abismo,
se abre paso a ti.
Te llama, te controla.
Posee poder sobre ti.

Te rendirás muy pronto.
El destino está escrito.
Nadie sale de aquí,
sin pecado haber cometido.

Una extraña luz apareció.
Y el camino me indicó, iluminó la ruta.
Para que este desamparado corazón,
no caiga en la locura.

Ahora ya no es solo una,
ahora caen miles.
Son de muchos colores,
infinitos de contar.

Cada una lleva un camino.
Rojo, amarillo y azul marino
Es incierto el propósito,
de todas formas de aquí no sales vivo

Arriésgate, ahora que más da.
Ya has perdido toda esperanza.
Entrégate ya, no vale luchar.
Igual el abismo no podrás trepar.

Sigue el camino que tu mente indique.
No sigas al de tu corazón.
Este último es traicionero,
siempre juega sin analizar.

Ya has caído muchas veces,
aún no lo entiendes.
Al corazón jamás se lo sigue.
Este último es traicionero.

Has seguido a tu cabeza,
buena elección al fin.
Ahora del valle de la desolación,
no tendrás ni un recuerdo.

Imagina que fue solo un sueño,
un juego de tu mente.
Como aquel videojuego,
que jugaste antes de dormir

Has tentado al destino,
espéralo de nuevo.
Él es caprichoso,
no te dejará en paz tan fácil.

Por ahora te has salvado,
haz ganado la primera ronda.
Pero recuerda mis palabras,
aún no ganaste el juego.

Corre, pequeño corre,
sálvate de este abismo.
Aún no es tu hora,
de sucumbir en este entierro.

-x.