10: La Cabeza de Prometheus

4 1 0
                                    

  En el templo principal.

- ¡Ya voy! – Gritó Gayá al oír el timbre de la casa principal, abriéndola.- Bienveni... - Sus palabras se quedaron en el aire al ver a los personas que tenía enfrente. Tragó saliva, siendo rescatada por Phoenix.-

- ¡Al fin habéis llegado! – Exclamó alegre.- Pasad y poneos cómodos.- Invitó, pasando ambas personas por el lado de Gayá.-

Mientras, en el mirador, Ciro se encaraba con Sean, quien cargaba un aura roja en su brazo derecho, apuntando de frente al otro chico.

- << ¡Yo me volveré fuerte, Sachan! >> - Recordaba Saeko en segundo plano.- << Te protegeré, y así siempre podremos estar juntos. >> - Continuaba su memoria recordándole imágenes de su niñez.- << Tú rostro nunca se manchará de sangre... >> - Recordó las últimas palabras que Ciro le había dicho antes de desaparecer. Le recordaba con la misma expresión que tenía en ese mismo momento, pero a una escala tan grande, tan maligna como la que desbordaba, tan intensa y salvaje que incluso contraía a Saeko.- << ¡No dejes que luche! >> - Una voz femenina recorrió su cabeza en un instante fugaz, haciendo que la chica tragase saliva.-

- Como desees.- Aceptó Sean.- ¡Prepárate entonces! – Extendió su mano derecha al frente, cargándola de un aura roja.- Tú también pagarás por querer humillarme... - Gruñó desde su interior, aumentando la intensidad del aura ante la tranquilidad de Ciro.-

- << ¡Libera estas cadenas! >> - Volvió a escuchar Saeko, dando un paso al frente, decidida, aún por detrás de Ciro.- Esto no pasará de aquí.- Dijo Saeko para sí misma, escuchándose únicamente ella. Extendió su brazo derecho al frente, apareciendo unas cadenas rojizas y translúcidas en su antebrazo, atándose en su muñeca. A su vez, unas alas rosadas se abrieron en su espalda, sin llegar a tocar el cuerpo de la niña. Apuntó a Sean, y antes de que este lanzase su ataque, Saeko apretó su puño, destrozando la conjuración del hermano de Vicinius, dejándolo perplejo.-

- ¿¡Qué... qué demonios acaba de ocurrir!? – Gritó, intentando crear de nuevo su conjuración, aunque en vano. Delante de él, Ciro se movía, permitiendo que viese a Saeko.-

- Retírate, Sean.- Impuso Saeko. Su rostro se notaba ligeramente cansado, aunque aún permanecía firme.-

- ¿Qué me retire, dices? – Vaciló.- Dime, ¿por qué he de retirarme? En poco alcanzarás tú límite, entonces podré atacar de nuevo.-

- Piensa que ahora mismo estás a mí merced.- Disparó Ciro con un tono muy calmado.- Puedo matarte ahora si quieres y acabamos antes.- Le dedicó una mirada letal al chico que estaba delante de él, haciéndole replantearse sus ideas.-

- Po- por ahora me retiraré... - Optó, dando varios hacia atrás.- Pero juro que esto no quedará así... - Tras su advertencia, se marchó, desapareciendo su aura, cerrándose el Campo Magna, permitiéndole a Saeko descansar.-

- ¿Está bien, Señora? – Rápidamente salió en su urgencia Vicinius, bastante consternado.-

- Lo estoy, no te preocupes.- Suspiró hondo, dedicando una sonrisa algo cansada al chico.- ¿Podrías ir adelantándote? Será mejor que cures tus heridas primero.- Propuso ante una media negación de Vici.-

- Yo me quedaré con ella.- Expuso Ciro, recuperando su "yo" habitual. Dubitativo, Vici se marchó, dejando a ambos solos.- "Interrupción". – Reveló Ciro con una leve sonrisa en su rostro.-

- ¿Entonces, ya lo sabías? – Preguntó para confirmar ella.-

- Desde un principio, Sachan.- Respondió él. Su rostro recuperó al completo esa faceta gentil que tenía cuando se vieron.- Se me está haciendo muy tarde.- Miró al cielo, contemplando el final del día.- Mañana he de hacer ciertos recados, ¿me acompañarías? – Sus palabras tambalearon algo, posiblemente de los nervios, y su mirada se desvió de Saeko, rascándose levemente la mejilla.-

Zeres: War of SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora