11: Pantano

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  Ciro y Saeko se habían encontrado a la mañana en el mirador, marchando a paso lento hasta la zona más comercial de la ciudad. Se cruzaban las palabras, pero pocas veces decían algo útil. La pequeña quería demostrar que la persona que estaba junto a ella seguía siendo el mismo, pero no podía encontrar la manera de hacerlo. Ciro tenía sus sentimientos cerrados bajo varias llaves y contraseñas, haciéndolos inalcanzables.

Ciro pagó un largo bostezo, algo que llamó la atención de Saeko.

- Lo siento... - Se disculpó con voz cansada.-

- ¿No has dormido bien? – Preguntó un poco intrigada Saeko.-

- Las noches no son lo mío. Me cuesta demasiado dormir. – Admitió.-

- ¿Insomnio?

- Parecido.- Respondió él.-

- ¿Cómo que parecido? ¿A qué te refieres? – Intentó indagar más ella.-

- No es insomnio, solo que las pesadillas no me dejan dormir bien durante las noches. – Confesó con cierta calma.-

- << ¿Pe...sadillas? >> - Pensó Saeko, intentando no mencionar esa palabra. - ¡Entonces haberlo dicho y no quedábamos por la mañana! – Sermoneó.-

El sermón de la chica logró que Ciro riera por primera vez en la mañana, sacándole una tenue sonrisa.

- ¡Oh! – Cambió algo de tema al ver una tienda de móviles enfrente de él.- Justo lo que necesitaba. – Se paró enfrente del escaparate, mirando los diversos tipos de modelos que había.- Esto... ¿cuál es bueno? – Es pregunta dejó algo perpleja a la chica, incrédula de que no supiese algo tan básico.-

- Uno muy bueno es ese. – Señaló un modelo rectangular de carcasa roja y pantalla táctil. Sería casi tan largo como su propia mano.-

- ¡Oh!... – Exclamó sorprendido el chico.- Si estuviese en negro me lo quedaría.

- En realidad... puedes pedir los colores. – Le rebeló Saeko.-

Con ello fue suficiente para que Ciro optara por ese modelo. Al comprarlo, ambos estuvieron unos minutos hasta poder configurarlo y ponerlo en marcha. Saeko servía de ayuda al chica, quien parecía incluso sentirse incómodo con uno de esos en sus manos, cosa que en cierto modo perturbaba a Saeko.

- Ci... - Llamó algo cabizbaja.- ¿Qué te pasó mientras estabas fuera? – Su pregunta pareció volver a Ciro un poco más distante y sombrío.- ¡No te alejes! – Le sujetó del brazo, tironeando de él aprovechando el poco bullicio que había por esa zona.-

- No es algo que quiera contar... - Su voz parecía quebrada, siendo incapaz de mirarla, quedándose de espaldas a ella.-

- Ci... - Volvió a llamar en un timbre bajo. Ese tono parecía calar en el chico.- Siempre me ayudabas cuando estaba en problemas, y ahora... ahora quiero hacer yo lo mismo. Por favor, no me alejes de ti de esa manera...

- Si te lo cuento, corro el riesgo de perderte de manera definitiva, Saeko... - Pronunció algo más serio y formal.- Nos hemos podido reencontrar cuando el destino fijó que ya nunca nos veríamos. Tú, de alguna manera, te las apañases para cambiarlo, pero no tienes aún el poder para dominarlo.

- ¡Pero tú sí! – Gritó ella, haciéndole abrir los ojos.- Tú... tú tienes el poder que posiblemente yo no tenga... y si por ti mismo tampoco lo tienes, entonces seamos los dos quien lo dominemos hasta llevarlo a un punto donde no tengamos miedo el uno del otro... donde podamos hablar sin ese miedo a hacernos daño por cosas de nuestro pasado... si te atormenta, deja que sea yo quien lo alivie... pero no huyas creyendo que puedes cargar con todo tú solo... - Su voz también estaba al punto de ruptura, al borde del llanto, pero se mantenía fuerte, sujetando con esa fuerza el brazo de Ciro.-

Zeres: War of SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora