Semyazza 《HunHan/HanHun》

III ~ La visita al Inframundo

Tres de la madrugada.

Aquellos jóvenes yacían uno al lado del otro aún sobre aquella cama de frente mirándose. Las sábanas se encontraba desordenadas y tiradas sobre el suelo de la habitación junto a cada una de las prendas que horas atrás Luhan y Sehun portaban en su cuerpo, y que una por una se retiraron mutuamente.

Junto con la ropa, la vergüenza y orgullo del menor se fueron, permaneciendo sólo con él un sentimiento inexplicable de tranquilidad pero al mismo tiempo una cálida alegría en su pecho. Y no fue la excepción para el mayor, para quien era costumbre salir inmediatamente de la cama una vez que el acto sexual terminaba; sin embargo ahí estaba, recostado desde hace algunas horas charlando tiernamente con el estudiante. Sólo hablaban de temas triviales, cosas tan poco importantes y breves como los noviazgos pasados de Luhan, pero para ellos cualquier tema era entretenido y hasta interesante, sólo si provenía de los labios del otro.

—Luhan-ah, seguramente ya es muy tarde. Vamos a dormir —murmuró el menor a corta distancia del de rostro más tierno. Necesitaban un mínimo volumen para escucharse en aquel gentil silencio, así que cada palabra que emergía en sus pláticas sonaba como un dulce susurro viajando por la oscuridad de la habitación.

El mencionado le dedicó una amplia sonrisa llena de ternura pero con un poco perceptible toque de comicidad.

—¿"Vamos"?... ¿Acaso te invité a pasar la noche aquí? —El orgullo del menor rompió con la ternura que había en la faz de él tras escuchar aquello. Rodó los ojos e inmediatamente trató de levantarse de la cama, pero el rubio fue más rápido y al tiempo que Sehun se incorporaba lo volvió a jalar hacia él, esta vez atrapándole entre sus brazos mientras le abrazaba por la espalda, acompañado aquel acto con una leve risita, cubriéndolo con su cuerpo.

— Idiota —siseó Sehun con un repentino pero leve enfado. No obstante, no opuso resistencia, ya que "resistencia" se había también esfumado del menor junto con su ropa y la vergüenza; el orgullo al parecer aún seguía ahí, en pequeñas e infantiles proporciones— .Ya, sólo vamos a dormir.

—No quiero —respondió Luhan casi al instante, abrazando el delgado cuerpo de Sehun un tanto más aferrado.

—Seguramente son las tres o cuatro de la madrugada. ¿Qué acaso no tienes sueño? —comentó el chico con un tono un tanto quejumbroso.

—Claro que tengo, pero no quiero dormir aún —murmuró Luhan hundiendo su rostro con un tierno gesto en el cabello castaño de Sehun.

—¿Por qué no querrías? Yah, si crees que tengo energías para volverlo a hacer...

—No es eso, mocoso bobo —interrumpió el rubio a la creciente queja del joven en una risa dulce y breve, siendo aquello una caricia al corazón para los oídos de Sehun—. ¿Por qué querría dormir? La gente duerme esperando entrar en una ficticia dimensión donde los anhelos de su corazón se vuelvan realidad, a un lugar que permita la felicidad que la propia realidad humana no, ¿no es verdad?

Sehun calló con brevedad y rió levemente un tanto apenado sin saber si burlarse de alguna tontería que pudiera decir el mayor, o sentirse idiota por no entender a lo que se pudiera referir.

—Es cierto, ¿pero a qué viene que menciones eso?

—Que, Sehun... No hay necesidad de dormir, porque contigo la realidad supera a la mejor de mis fantasías. Créeme, este momento es mejor que cualquier sueño.

Una sonrisa tímida mas feliz apareció en los labios del castaño.

—Es verdad. No necesitamos dormir.

Vivimos en la fría soledad para conocer la llegada del cálido amor.

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