CAPÍTULO XVIII

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A la mañana siguiente me desperté en mi cama, con Paula al lado gritando ¡LITTLE BEAN! porque estaba viendo vídeos de Twenty One Pilots, uno de sus grupos favoritos. En fin, le di los buenos días y me fui abajo a la cocina. Ashley y Carmen estaban cada una en su habitación durmiendo, eran las 10 de la mañana aún.

Preparé el desayuno y se lo subí a Paula también, era Sábado, por lo que no había clase. Los exámenes habían acabado y Paula y yo habíamos decidido tomarnos el día para nosotras.

Toma, para compensar el bucle en el que te metí anoche – dije dándole una taza con leche y unas tostadas. Nos sentamos en la cama y desayunamos mientras mirábamos por la ventana.

Paula me miró con su cara. SU CARA. ¿Sabéis qué significa eso? Yo tampoco lo sabía hasta que me planeó una cita a ciegas.

Paula, ¿qué has hecho? – le pregunté con tonto sospechoso. ¿Te acuerdas de que me dejaste poner mi huella en tu IPhone? Pues nada, he indagado un poco – dijo Paula riéndose. Has quedado con Michael. En 3 días. De nada – añadió.

¿QUÉ HAS HECHO QUÉ? – grité.

Paula se estaba riendo muchísimo y yo me tiré encima suya a arrebatarle el móvil. Abrí Whatsapp y ví un audio de 3 minutos de Paula, le di al play y, resumiendo, fueron 2 minutos de Paula nerviosa y riéndose y 1 minuto de planes.

Había un concierto de Bring Me The Horizon el Miércoles (uno de mis grupos favoritos para el que no había conseguido entradas) y Michael le había propuesto a Paula que fuésemos todos juntos, y ella había aceptado.

¿Estás loca tía? ¿Cómo vamos a ir con ellos? ¿No vivían en la costa? – Pregunté. Estaba muy nerviosa en verdad, y no podía ocultar que emocionada también. Ya tenía 14 años, había pasado casi un año desde la noche de la hoguera.

Carmen entró en la habitación. ¿Qué escandalo es este? LA PATRONA ESTÁ EMBARAZADA. – gritó. Carmen, tenemos plan en 3 días, ¿te gusta el metalcore? – dijo Paula.

Tía pero qué coño es eso, algo satánico o así. Venga ya – respondió Carmen.

Y por cierto Victoria, ellos estaban allí de vacaciones, como nosotras. Viven en Madrid, nos lo contaron cuando estábamos todos en el agua, pero claro, tú no te enteraste, ya sabes... - dijo. Yo estaba bastante emocionada, repito. O sea, Michael había propuesto volver a vernos y eso me hacía feliz, cosa que era difícil desde hace mucho tiempo. Pero por otra parte, tenía cierto miedo de ser utilizada y mentida otra vez.

Paula me sacó de mis pensamientos cuando me agitó los hombros. ¿Vamos de compras y a la peluquería? No tienes ropa guay, solo de posser. Nos reímos (sabíamos que era broma y yo sabía que ella quería ir de compras, le encantaba), y asentí. Cogí unos jeans negros y una camiseta blanca combinadas con unas Converse bajas blancas también, me arreglé rápidamente. Me miré al espejo, pelo por los hombros rizado, ojos marrones un poco rasgados, alta y con la cara bastante normalilla, así me veía yo. En fin, avisé a Carmen por si se quería venir.

Ella dijo que no le apetecía para nada hoy, así que nos despedimos de ella y de Ashley y nos fuimos a coger el autobús. Nuestra casa está en un pueblo a unos 20 minutos de Madrid capital, así que no tardaríamos mucho. Teníamos la parada en frente de casa, esperamos unos escasos 3 minutos y llegó el bus.

El trayecto se hizo corto, nos bajamos en Moncloa, cogimos el metro y comenzó nuestro día de compras. Entramos en muchísimas tiendas, cosa que a mí me acabó cansando, pero obviamente, a Paula no.

Te queda muy bien Paula – dije por enésima vez. Era una chica morena de constitución delgada, con el pelo alto y alrededor del metro sesenta y cinco, era muy mona y esperaba que ella también lo viese cuando se mirase al espejo. Sí tía pero a ver eso ya lo sabía (creo que sí que lo ve), ¿pero qué crees que pensará Calum? – me preguntó preocupada mientras se miraba en el espejo del probador. ¿Desde cuándo te vistes para los chicos? – pregunté recelosa. Nunca lo había hecho, ni ella ni yo. Me sonrió, sabía que no iba en serio, es normal que se preocupase de más.

Paula y yo tenemos estilos muy diferentes, ella se viste mejor (creo) que yo, pero estoy contenta con mi forma de vestir. Ella normalmente va muy mona, arreglada y de colores claros. En cambio yo normalmente siempre opto por algo oscuro y un poco más informal para el día a día. No se por qué, pero me siento muy cómoda con esa imagen, y eso es lo que importa, ¿no?.

El caso es que Paula compró el conjunto que se había probado, unos vaqueros blancos de talle alto, unas Victoria también blancas *Victoria: marca de zapatillas de tela* y una camiseta gris que ponía 'I'm not like them'.

Ahora te toca a ti – se dirigió Paula a mí – hay que encontrarte algo para el concierto.

Fuimos por distintas tiendas, hasta que encontré unos pantalones que me gustaban. Eran negros de cuero (qué raro – exclamó paula cuando se los enseñé). Se me hizo un poco difícil encontrar pantalones, ya que eran todos demasiado cortos aunque me quedasen bien de talla, soy bastante alta.

Paula eligió lo que llevaría de parte de arriba, un crop top granate y una chaqueta de cuero negra también. Viene a ser muy de mi estilo.

Me encanta como me conoces – le dije a Paula mientras pagaba lo comprado.

Y bien, ¿ahora qué hacemos? Es pronto aún para llegar a casa, ¿no crees? – comentó mi amiga.

Saqué el móvil de mi bolsillo para ver qué hora era y sonreí muchísimo, aunque a la vez me preocupé. '8 llamadas perdidas de Michael' – leí.

Skinny LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora