Mis millares de dudas obviamente no fueron contestadas en el salón de clases, y mucho menos al transcurrir el resto del día, ya que no pude evitar desviar mi atención de los problemas que había pasado frente a mí, pero lo que más me inquietaba eran las reacciones que yo tenía ante todo eso. ¿Por qué dejaba que abusen de mí? ¿Por qué no me defendía? ¿Y por qué no recordaba absolutamente nada de esa vida? La duda me carcomía el cerebro y tenía tan poca fuente de información. Era realmente frustrante.
Pero decidí que iba a ser mejor enfocarme en algo medianamente fácil, y tratar de resolver todo de a una cosa por vez. Automáticamente pensé en perseguir a Kendall, para ver qué tramaba. Prácticamente salté de alegría al comprobar que mi cuerpo comenzaba a responderme de a poco, ya que me obedeció cuando ordené hacer de espía. Y entonces fui tras mi hermano, para ver qué hacía y por qué se comportaba de forma tan cruel conmigo. De modo que lo seguí desde que salió del instituto acompañado por su grupo de amigos, ya que no tenía mucho para hacer después de todo, aparte de que un instinto me decía que no debía perder el tiempo.
Me di cuenta de que vivíamos en una ciudad; una muy bonita, de hecho. Aparte de tener edificios nuevos y bien pintados, la arboleda que había era impresionante, y todo frente a mis ojos parecía perfecto. Hasta que llegamos al centro, claro. Estaba repleto de adolescentes gritando y festejando —y esa no era la parte mala—, mientras que los pocos adultos que había se peleaban con los demás debido a que habían cortado la calle. Debía ser una muy buena razón para festejar, ya que ni a la policía le hicieron caso. Pero por suerte mi hermano y su grupo no se quedaron más de cinco minutos allí.
Kendall al parecer sí tenía mucho que hacer. Pude notar que era un chico muy popular, ya que mientras andaba por la calle con sus amigos, todas las chicas lo saludaban y le decían cumplidos, aparte de que chocaba los puños con cualquiera. No podía creerlo, ¿cómo alguien que trataba como basura a su propia hermana puede ser tan popular entre la gente? Otro misterio que debía agregar a mi colección.
Como por una hora los vi hacer lo mismo; andar, saludar, chequear celulares, hasta que repentinamente giraron en una esquina con los ladrillos despintados, de donde escapaba un humo gris tal cual nubes cargadas de agua, listas para explotar.
«—¿Qué estará pasando allí? —me pregunté, inocentemente.». Claramente no iba a salir nada bonito de allí, y eso pude comprobarlo más de una vez.
Resulta que entraron a una tienda de drogas —a la cual entré a modo de detective profesional,ya controlando la mayor parte de lo que hacía mi cuerpo—. Supe que eso era, ya que al ver lo bien escondida que estaba la tienda y la psicodélica decoración que poseía por dentro —sin olvidar mencionar que las ventanas estaban tapadas con tablones de madera—, supe que la pinta no era de un negocio legal. Sentí una punzada en el corazón. ¿Tal vez eso causaba el comportamiento que mostraba mi hermano conmigo? ¿O había sucedido algo grave y él estaba enfadado conmigo? Instantáneamente se me ocurrió que tal vez yo lo había pillado fumando y le había contado a mi madre. Era la peor opción, sí, pero la verdad que no había muchas opciones. Aunque me parecía extraño que yo haya hecho algo así como delatarlo. Porque por más malo que fuera, no estaba bien hacerlo.
Se quedaron poco tiempo allí, ya que debían ser sigilosos como gatos en ese tema, ya que, como era ilegal, obviamente no podían dejar que nadie se enterase de la verdad de aquella tienda de fármacos. Salió último Harry, uno de los chicos, con una bolsa de plástico de supermercado en la mano
—¡Kendall! ¿Qué haces? —chillé automáticamente, haciendo que casi todas las personas que se encontraban allí nos miraran despectivamente. Al parecer, agradecer que por fin tenía el control de mi cuerpo era demasiado pronto, ya que ni en un millón de años hubiese hecho algo así, sabiendo las consecuencias que iban a haber: como que lo encarcelaran, que lo echaran de la casa, que lo mandaran a rehabilitación y volviera hecho un zombie. No quería eso para él, por más que lo que hacía estaba mal. Y aunque no recordaba nada de él y solo tuve medio día para conocerlo, sentía que no estaba bien, y que tenía que proteger a Kendall por algún motivo. Mi plan era acercarme a él y tratar de hacer que lo dejaba, pero ahora todo se había fastidiado, debido a aquel estúpido acto inconsciente.
Solo pude leer la cara furiosa del chico, ya que un policía que se apareció frente a nosotros no le dio el tiempo de decirme nada. Casi tuvo que contener su ataque de cólera para saludar al oficial. Me comenzó a temblar el cuerpo de una manera espantosa. No lo estaba controlando yo, lo cual me molestó un poco.
—¿Se puede saber qué estaban haciendo ahí? —nos preguntó, con el ceño fruncido.
—Ensayábamos para nuestra banda —respondió hábilmente Kendall.
Y justo cuando el policía parecía haberse tragado el verso, fijó su vista en mí. Sus enormes ojos negros me dedicaron una mirada tan acusadora que solo me hizo temblar más. Y ni quería pensar en lo que iba a decirme.
—¿Y que instrumento toca, señorita?
—¿Y- yo? La-la la... guit.. no, no, la flaut-t-t... no, en realidad... —fue la tartamuda y poco confiable respuesta que di, sin controlar—. La batería, se-ñor.
Cuando terminé de hablar, todos me miraron como si fuera idiota, y yo ni siquiera podía explicarme y decir que no controlaba la totalidad de mis acciones. Realmente aquello me afectó, sobretodo la mirada de mi hermano, que casi parecía decir «qué inútil hermana que tengo». Comenzaba a afectarme la personalidad que había controlado mi cuerpo todo el día.
—¿Y adentro de esa bolsa de plástico que hay, chico? ¿Púas de guitarra?
Harry asintió, medio incómodo.
—Déjame verla.
—¡Corran! —gritó Kendall, al ver que su acto no había dado resultado. Por suerte no se olvidó de mí y me tomó de la mano, ayudándome a correr rápidamente, al igual que él. «De modo que sí me quiere», me sonreí. «Entonces no todo está perdido con él. Aunque eché a perder todo, igualmente me ayudó a escapar y no me dejó abandonada allí».

ESTÁS LEYENDO
El Último Regreso
Teen FictionAl morir Skylar, se entera de que es un ser evolucionado y que tiene la oportunidad de cambiar la vida de una adolescente tímida e insegura, tomando el control de su cuerpo. Ella acepta ayudarla, pero comienza a darse cuenta de que es un trabajo más...