Capítulo 1.
Chelsie.
La música la envolvía, drogándola. La escuchaba con los ojos cerrados y parecía que volaba, no conseguía recordar exactamente dónde estaba antes de eso, y, por primera vez en todo el tiempo que llevaba esperando una respuesta del cielo, lo supo.
Abrió los ojos cuando terminó la canción, suspiró y miró el cd que giraba en su viejo reproductor de música.
Por alguna razón no podía creerse que esa fuera su música, que la envolviera de esa manera. Era impactante, emocionante, y le hacía sentirse segura en su propio cuerpo.
Aceptaría, por supuesto. Quería que todo el mundo escuchara sus canciones, que les envolvieran de la misma forma en que a ella le hacía. Que les emocionara y sintieran que podían refugiarse en ella.
Cogió su móvil, segura de lo que hacía, haciendo la llamada más rápida e impersonal de su vida para confirmar la reunión de ese día.
Temblaba cuando colgó el teléfono, sintiendo que de pronto toda la seguridad se esfumaba.
¿Y si esa seguridad que le daba su música sólo se la daba a ella? ¿Y si había creado unos sentimientos a partir de una ilusión, pero eran sólo eso, una ilusión? Tenía miedo, de fracasar, de meterse en algo de lo que no podía salir.
Se sentó lentamente en el incómodo sofá de su cuarto de estar. No estaba segura de lo que debía hacer.
Aún si nada era fantasía, ¿era realmente seguro que dejara que otros escucharan su música? ¿O sería lo que la llevaría a la muerte?
Se abrazó las piernas, escondiendo la cabeza entre ellas, asustada. Estaba harta de tener miedo, de esconderse. Una vida era suficiente, ya era hora de ser quien era realmente ella, ¿verdad?
Y ella era su música.
***
Brooke.
Hollywood.
Hannah se había ido, para siempre. Y de la peor de las formas. La habían drogado, violado sin el más mínimo escrúpulo hasta que los golpes la dejaron inconsciente, llevándola hasta un mar de espesa negrura sin retorno.
Ya, claro. Y se suponía que tenía que llorar.
¡Demonios! La escena era terrible, el maquillaje era realmente impactante, demasiado vívido, demasiado terrorífico como para quedarse de piedra, congelada estupefacta ante la escena, y no como una piedra sin sentimientos incapaz de soltar la más mínima lagrimita. Porque de eso se trataba al fin y al cabo, si no conseguía llorar no le pagarían. Y si no dejaban de gritarle que se centrase en su papel, lo único que conseguirían sería enfurecerla, aunque desde otro punto de vista podría usarlo a su favor… Podría representar el papel de una mujer indignada, frustrada ante el homicidio de su mejor amiga, una Barbie superficial incapaz de aceptarlo e incapaz de llorar su muerte ya que, de todas formas, simplemente se usaban mutuamente. Sí. Puede que eso colara.
***
Chelsie.
Salió del taxi con ayuda del conductor ya que sus piernas le temblaban.
Casi se había echado atrás pero, por suerte, el conductor (todo un caballero) tras haber esperado que saliera durante cinco largos minutos se había dado cuenta de que sus piernas no le respondían.
Por Dios, estaba exagerando por todo lo alto. Sin embargo, por mucho que hubiera decidido dejar de tener miedo, no podía simplemente hacerlo.
Estaba asustada, y tenía ganas de correr como un conejito a su madriguera.
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Famous for Nothing
RomanceBrooke, una talentosa actriz frustrada con sus últimas actuaciones, busca la manera de volver a sentir la magia que sentía cuando aún no tenía fama en su carrera, la ilusión que la hizo tan famosa se iba apagando poco a poco. Chelsie, una cantante q...