¡Chat...! (Lemmon)

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Eran ya las nueve de la noche, estaba dándome un baño rápido, cuando de repente recordé. ¡Se supone que iría con Chat esta noche!

Salí lo más rápido que pude a mi habitación, traía una bata puesta, era algo corta y en un lindo tono azul celeste.

-¡Oh no! Ahora Chat se molestará conmigo, soy demasiado distraída, ¿qué le diré?

Estaba sentada frente a mi espejo cepillándome, muy nerviosa y a la vez triste. No quería decepcionar a Chat. Cuando de pronto oí que alguien entraba por mi ventana abierta, me giré hacia esa dirección. Y ahí mismo estaba él.

-¡Chat! En serio, lo siento, te juró que se me olvidó por completo. Perdóname -dije mientras unas lágrimas recorrían mi rostro, estaba tan avergonzada.

-¡No, no, no! No llores Princesa, y menos por algo sin importancia, no te preocupes, a todos se nos olvidan las cosas de vez en cuando, lo importante es que estamos juntos, ¿no crees? -respondió al momento en que caminó hasta enfrente de mí y me limpió las lágrimas.

- Bien, y, ¿qué hacemos ahora? Estoy hecha un desastre, no voy a salir a ningun lado con esta bata -comenté bromeando.

-Mari, tú te ves hermosa con lo que sea -acercó su cuerpo al mío, eliminando el poco espacio que quedaba entre nosotros.

-Chat, ¿qué estás tratando de hacer? Me estas dando miedo -pregunté asustada.

-Te voy a demostrar cuanto te amo Princesa -e hizo esa típica mueca suya cuando intentaba parecer un chico coqueto.

Juntó sus labios a los míos lentamente. Estaba disfrutando ese momento, él y yo solos, sin nada que nos pudiera separar. Hasta que recordé, ¡pero si yo tengo novio!

Me separé a Chat de golpe.

-¡Chat, eres un idiota! 

-Corrección. Soy TU idiota princesa.

Sonreí.

-Te quiero Chat -le susurré al oído.

- Y yo a ti -luego de estas palabras siguió besando mis labios hasta que terminamos tumbados en mi cama, sabía que eso estaba mal pero me agradaba tanto el momento, y como probablemente no se repetiría, decidí seguir.

Luego los labios de Chat pasaron hasta mi cuello, succionando con fuerza, él estaba disfrutando demasiado ese momento, podía sentirlo. Mientras yo soltaba pequeños gemidos de placer que eran imposibles de contener.

Comenzó a desabrochar el nudo de la bata, dejándome en ropa interior. Yo hice lo mismo, bajé el cierre de su traje dejándolo solamente en bóxer.

Estaba asustada y me sentía algo culpable. Pero no quería parar, era más mi sentimiento de placer que lo anterior.

Luego él bajó hasta mis senos, quitándome el sostén, se tomó algunos segundos para admirarlos. Yo me ruboricé. Luego comenzó a darles pequeños besos y algunos mordiscos, como si fuera un gato de verdad. Apenas podía respirar. Estaba claro que quedarían marcas.

-¡Chat...! -los gemidos apenas me dejaron pronunciar algo.

Luego observó la única prenda que me quedaba, como si fuera un regalo al desenvolverlo.

-¡¿Qué rayos crees que estás haciendo Gato?!

-¿Pues qué más puede ser? Te haré mía.

Se me abrieron los ojos como platos. Su tono de voz dejaba claro que lo decía muy en serio y que estaba ansioso por ello.

El gato no se lo pensó dos veces y bajó mi prenda, para luego tirarla al suelo. Siguiendo luego con la suya.

Antes de llegar al punto máximo de todo esto, llevó su cabeza hasta mi parte íntima, oliéndola y lamiéndola lentamente disfrutando cada segundo ahí abajo, lo hacía con demasiada dedicación, como si fuera el único placer en el mundo que tuviera. Yo no podía contenerme a esta sensación tan excitante y de tan sólo pensar que era Chat quien lo hacía me excitaba aún más, la única palabra que podía pronunciar entre todos estas respiraciones y gemidos era ¡Chat...! Y creo que a él le gustaba que lo dijera, muchísimo. 

-¿Estás lista Princesa? -preguntó algo exhausto pero aún notaba su sonrisa pícara, como si aún saboreara lo que acababa de lamer.

- Chat, yo..., no estoy segura -dije algo excitada por todo lo que había pasado, pero a la vez había algo de miedo en mi voz.

-Yo..., yo entiendo, no hay problema Princesa.

Noté la desilusión en su voz. Me sentí terrible, no quería que pensara que realmente no quería que algo pasara entre nosotros, porque si estaba segura de una cosa era de que algo iba a pasar y estaba ansiosa por eso. Así que traté de remediar las cosas.

-¡No, no! Chat, no lo mal interpretes, es sólo que... Tengo miedo, esto es nuevo para mí, no sé que pasará luego -era evidente el miedo en mi voz, pero a la vez tenía una gran tentación

-Mari..., no te preocupes, todo esto también es nuevo para mí, qué opinas si descubrimos lo que pasa, juntos -me dedicó una gran sonrisa y una mirada "sexy" la llamaría yo.

Sus palabras eran tentadoras, así que luego de un momento de pensármelo, acepté.

Antes de comenzar, Chat me miraba fijamente, como un depredador mira a su presa antes de cazarla.

Entonces Chat tomó su miembro y lo introdujo en mi intimidad, fue poco a poco para ver que no me doliera, cuando casi terminaba, solté algunos gemidos, me sentía algo adolorida, pero a la vez excitada, quería a Chat, demasiado se podría decir y desde que había llegado ansiaba este momento, así que fue más el placer que el dolor que sentí.

Él me acorralaba con sus brazos, para evitar que me moviera, quería tenerme junto a él. Lo había logrado, era suya. Y su manera de llevar todo esto, intentaba tener el control y yo lo dejaba, era excitante e interesante verlo de esa manera, me gustaba.

Pasamos así un largo rato, jugueteando con nuestros labios, nuestros dos cuerpos unidos. La habitación se llenó de gemidos, y algunas palabras excitantes que decíamos para el otro en susurros. Al cabo de un rato más, Chat sacó su miembro para que los dos pudiéramos descansar. Estábamos exhaustos, así que nos abrazamos porque aunque no fuera ya de esa manera queríamos seguir unidos, y sin pensarlo, luego de algunos minutos nos quedamos dormidos.

Era de mañana y yo fui la primera en despertar, me aterré, ¿y si mis padres entraban? Miré hacia la puerta y para mi suerte estaba cerrada con seguro.

-Gatito, hora de levantarse -dije mientras acariciaba sus rubios cabellos. Lo observé por unos momentos y por alguna extraña razón me sentí muy feliz.

-Buenos días Princesa -respondió mientras bostezaba y me daba un tierno beso en la mejilla.

Los dos nos pusimos de vuelta nuestra ropa. Casi era hora de ir a la escuela, pero yo me sentía algo adolorida y con bastante sueño aún, tal vez no iría.

-Bueno Princesa, ya me tengo que ir, te veo después, te quiero, sin duda alguna me diste la mejor noche de mi vida -dijo al momento que me daba un lindo beso en los labios.

-Adiós Chat, te quiero.

Chat salió de la ventana, dejándome sola en mi cama, era la persona más feliz del mundo, valió la pena.

No sé quién es ese chico, pero lo que sí sé, es que se ha robado mi corazón. Y esa noche sería nuestro pequeño secreto. ❤

My Lady (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora