Marcos

75 9 0
                                    


No hay adiós más triste que el que no se dice.

De alguna manera no ver sus rostros cuando te despides duele más.

Quizá sea porque sino dices adiós no hay abrazos, no hay lagrimas, no hay un hasta luego...

No puedo pedir perdón.

No lo haré.

No tengo excusas suficientes.

Vivir día tras día desde aquella primavera entre estas paredes blancas no es cielo.

Y entre estas parees blancas grite su nombre para ahuyentar al dolor mas solo se quedo junto con el dolor de su ausencia.

Su rostro se desvaneció como el de un fantasma que yace olvidado y mi alma dolió porque mi corazón ya no era mío.

Solo quiero regresar.

No importara el ayer solo el hoy.

Y cuando la vea no habrá vuelta atrás, no saldré huyendo. Tendré mi beso que tanto espere.

Esta vez me quedare.


Quédate conmigo en PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora