Bajo la lluvia.

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Mía quedo sin palabras, no encontró ninguna opción más que salir de aquel lugar.

-Disculpa tengo que irme gracias por el café Chris

Mía se levantó de la mesa con tanta prisa y avergonzada, no lo podía creer, después de tanto tiempo aparece de la nada como si todo estuviera como antes. Aquella chica no sabía que hacer, tomo un tren que era de destino hacia su hogar a las afueras de Londres.
El cielo volvió a nublarse, las nubes tenían variados tonos de grises, la gente ya pronosticaba la lluvia, claro, como no lo iba a notar Mía, siempre está lloviendo en la ciudad de Londres. Mía no veo venir la tormenta, así que no llevaba consigo un paraguas entonces busco rápidamente un lugar en donde estar seca. Ahora ella estaba sola, su único amigo además de Violet se había ido, todo lo que ella deseaba se desvaneció, ahora no sabría que hacer, en la escuela ¿como vería a Chris de ahora en adelante?, ¿creyó que está sería nuestra primera cita?, ¿acaso la odiaría por haber arruinado la velada?
Mía sólo cerró los ojos y comenzó a llover, las gotas caían una tras otra sin parar con tanta fuerza, se escuchaban los sonidos de los truenos, como grandes choques en el cielo; muchos dirían que es un pésimo día, pero el sonido de la lluvia y el aroma que desprende de las calles de la gran ciudad a tierra húmeda era relajate, a menos, para Mía lo era.
Ella sólo esperaba el próximo tren en la estación, aunque suene un poco anticuado es mejor que tomar un autobús, en fin, Mía sólo que este día acabara, no soportaba más todo lo que sucedía, quería evitar cualquier problema, que todo volviera hacer como antes hasta que percibió un calor a lado de ella, era Chris.
Mía abrió los ojos y no pude evitar sonrojarse al ver a Chris sentado a lado suyo, el sólo sonrió de oreja a oreja, llevaba puesto una chaqueta negra de cuero, su camisa gris un poco mojada por la lluvia, unos jeans oscuros y como siempre, sus converse negros.
Chris miro como era el estado de Mia, su ropa está casi toda mojada por la lluvia, ella moría de frío, claro era otoño, aquella chica de 16 años no dejaba de temblar, estaba toda pálida; Chris se quitó su chaqueta de cuero negra y se la puso a Mía rodeándola por sus hombros para cubrirla de la lluvia:

- Ten, lo necesitas más que yo

Su voz era tan pausada y tranquilizadora, Mía sólo sonrió al escuchar el sonido que provocaron sus labios

- Gracias Chris, enserio gracias
- No te preocupes, aunque hay algo que no comprendo- lo dijo un poco angustiado, su voz cambio de tonalidad por completo
- Que sucede
- El chico de la cafetería, es tu novio?
- No, el no es nadie en mi vida, ya no lo es, el, el es Jake, es el chico que del que te había comentado-

Mía no pudo evitarlo y dejo caer una lágrima, aquella pequeña gota de agua recorrió sus mejillas rosadas hasta llegar al suelo. Chris sólo la abrazo, su brazo rodeó sus hombros, Mía sólo se apoyó en su antebrazo derecho, ella se sentía llena de culpa, culpable de que pasara esto, culpable de su vida, sin poderlo evitar, ella comenzó a soltar un par de lágrimas.

- Lo siento Chris, lo siento- lo dijo ella sollozando

Chris no hizo nada, no se movió y no la aparto, más bien, hizo todo lo contrario, la abrazo un poco más fuerte y ella hizo lo mismo, Mía puso su mano sobre su pecho, y Chris le apartó un su cabello de su rostro

- Mía, tu no tienes que lamentar nada, tu no eres la culpable de lo que ha ocurrido, no tienes de que preocuparte

Mía quedo un poco sorprendida, no podía creer que Chris no la abandonaría

- Gracias, enserio, Chris, en la cafetería querías decirme algo, pero luego pasó lo ocurrido y no dijiste nada
- Ah, si, es que, no estoy seguro que este sea el momento- lo dijo de forma sería, su voz se escuchaba gruesa y firme
- Emm está bien, te entiendo

Ambos se vieron a los ojos, todo era perfecto, un día lluvioso, estar con la persona que tanto te importa. Chris bajo su mirada, dibujando una sonrisa en su rostro, se alejó un poco de Mía, quitando su brazo con el que abrazaba a aquella chica. Mía estaba confundida, ¿acaso hizo algo que lo incomodo?

- Mía..
- Si, ¿que sucede?

Chris se notaba un poco nervioso, el se paró en frente de ella tomando sus manos frías por el clima de aquella velada

- Mía, se que esto puede ser apresurado, pero, desde el momento que te conocí no pude dejar de pensar en ti, se que suena algo desesperado pero..
- Si.
- Espera, ¿qué dijiste?
- Si, se lo que sientes por mi, lo note en la cafetería
- Entonces, la pregunta que todos esperamos
- Jmjmjm- Mía no pudo evitar sonrojarse y bajo la mirada
- Mía, ¿quisieras ser mi novia?
- Si! Si quiero ser tu novia

Chris no pudo resistirse y la abrazo poniendo sus manos sobre su cintura, y Mía puso sus manos en los hombros de aquel chico, rodeando su cuello. Aquella joven pareja de miraron frente a frente, la lluvia seguía sin parar, las gotas caían una tras otra, mojando a ambos en aquella noche inolvidable para Mía, ella no pudo evitar sonreír y el no pudo evitar robarle un beso.

Un amor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora