×Cinco×

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Hugo

   Después de haberme pasado todo el día durmiendo tras el largo viaje hasta París, esta noche salimos Jorge, Claudia -la novia de Jorge- y Sofía, su hermana. Con la que me quiere emparejar.

A decir verdad, su hermana no está nada mal, 3 años menor que yo. Tiene un cuerpo muy bonito, los que algunos dirían que está buena. Yo soy más de curvas, como Ignïs... No, no, olvídate de ella y céntrate en la rubia que tienes delante. Me digo a mi mismo mientras la veo bajar las escaleras. Lleva un vestido dorado que le llega por la mitad de sus muslos, pegado a su cuerpo, con el escote en forma de V, que le deja la espalda al descubierto. Lleva el pelo recogido en un moño alto perfecto y un maquillaje que se aprecia desde lejos. Se balancea sobre los tacones de aguja de... ¿15 centímetros?

Llega al salón, donde estamos todos esperándola para salir una discoteca que está de moda.

La noche transcurre rápido, entre chupitos, cubatas, algún que otro baile donde las chicas nos animas salir a la pista a bailar. Jorge y yo estamos algo contentos, pero las chicas no pueden decir lo mismo. Menuda cogorza llevan.

Cuando comienza a sonar una canción de lo más tentativa, las chicas se acercan a donde nosotros y nos agarran de la mano. Sofía entrelaza sus dedos con los míos, y me mira con un brillo de lo más prometedor en los ojos.

Me dejo llevar hasta la pista de baile, donde suelta mi mano para entrelazar sus brazos sobre mi cuello, pegándose a mí. Coloco mis manos sobre su cintura, y la pego aún más en mí. La imagen de mis pesadillas recientes aparece como un flashback pero cuando Sofía comienza a mover sus caderas de lo más sensual, me olvido de todo y me fijo en ella, en como me baila, me mira a los ojos, para luego posarlo en mis labios y morderse ella su labio inferior. Poso mis labios en la curvatura de su cuello y le doy un pequeño beso, subiendo poco a poco, hasta su mentón. Cuando la miro a los ojos, ella posa sus labios sobre los míos y me pierdo en ella.

Es un beso lleno de esperanzas, de cariño. Un beso que sabe a hogar. Un beso lento, suave. Nada que ver con los besos apasionados de Ignïs.

Oh, Ignïs, ¿qué voy a hacer contigo?


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