×Seis×

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7 años después

La manera en la que me mira la gente al salir de la terminal del aeropuerto de Reus, me hace sentir un poco fuera de lugar. Aunque es normal, porque sigo con mi uniforme puesto.

Cuando nuestro avión nos dejó en Getafe y me despedí de mis compañeros y nuestro capitán nos felicitó por nuestro trabajo y nos deseó pasar una buenas vacaciones -Os juro que nunca le escuché hablar tanto y tan seguido- cogí mi bolsa y salí, literalmente corriendo hasta coger un taxi que me llevó hasta el aeropuerto de Barajas, mientras yo compraba el primer billete que me llevase junto a mi familia.

-¡Mamiiiiiiii!

Oh, mi niña. ¡Que grande se me está haciendo! Suelto mi bolsa y salgo corriendo hacia su dirección, las emociones se acumulan en mis ojos. Casi un año sin verla es, como poco, ¡espantoso! La abrazo, la como a besos, la vuelvo a abrazar. Alana está llorando, y, entre hipidos me dice lo mucho que me ha echado de menos. A mi se me cae alguna que otra lagrima, son incontrolables. Nona y el abuelo Marcos llegan a nuestro encuentro, me levanto y los abrazo con mucho cariño. Si no hubiese sido por ellos que me acogieron aquella noche lluviosa, no sé qué habría sido de nuestra vida.

-Ignïs, te veo más morena.

Sonrío. La verdad es que he cogido algo de color. Me pasaba casi todo el día entre aviones, arreglando algunos, poniendo a punto otros, volando de un lado a otro y así.
Hace cinco años que entré en las fuerzas aéreas. Y últimamente a penas en llegado a pisar España. Lo que antes eran viajes de dos o tres meses, los últimos dos años me he pasado más tiempo en Afganistán y Agadir, donde tenemos una base aérea española.

El abuelo Marcos recoge mi bolsa del suelo y yo le doy la mano a Alana, mi niña. El día que nació no dude en ningún momento en ponerle el nombre de la mujer fallecida de esta familia que tanto cariño nos ofrece a mí y a mi hija.

Esa noche cenamos en un bonito restaurante con bonitas vistas al mar. La cena transcurre contando los abuelos anécdotas de la niña. Anécdotas que para mi desgracia no he podido vivir. Durante la cena observo como los abuelos se miran de reojo y cuando el abuelo habla sobre su nieto, la abuela le hace callar. Cuando llega la hora del café mi curiosidad me puede y pregunto a qué viene tanta censura.

-Hugo quiere conocer a la niña.

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⏰ Última actualización: May 06, 2016 ⏰

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