Hoy reinician las clases y estoy impaciente por saber que han hecho los chicos. Además, se viene el cumpleaños de Michelle y tendremos que organizar algo. Mis útiles estaban ya en la mochila y preparare una botella pequeña con agua y la coloqué en el frezeer, así tendré como refrescarme.
Me preparé un desayuno express que consta de una taza de leche chocolatada con dos rebanadas de tostadas. Nicolás pasará a buscarme ya que llevará el auto al colegio. Minutos antes, salgo a fuera y mis vecinos salían rumbo a sus trabajos y me percato que enfrente se mudó una chica nueva. De unos 25 años con su marido, supongo.
Nicolás me avisa que llegará tarde, asique decido pasar y saludar a los nuevos vecinos.
-Hola, buenos días. Mi nombre es Marian, vivo aquí enfrente. Quise pasar a saludarlos, si no hay problemas, claro.
-Hola, Marian. Mucho gusto. Mi nombre es Micaela y él es mi esposo Agustín. Y no, no molestás. Pasa, ¿Tomas mate?
-Claro.
-Te noto distraído, tus ojos reflejan tristeza... ¿Una chica verdad? -Dice Agustín-
*¿Cómo lo supo?*
-Amm, puede ser.
-Si quieres, al regresar del colegio puedes venir a casa. Micaela no está de tarde, podremos charlas. ¿Qué te parece?
-Me encantaría, aquí estaré.
-Te estaré esperando.
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Recién son las 10:00 de la mañana y ya me quiero ir del colegío, no puede ser tan aburrido. A excepción de los recreos, no dan ganas de estar aquí. Las tareas son fáciles. La profesora habla con mis compañeras de modelos y actores, mientras algunas se pintan las uñas. Un grupo de compañeros hablan de chicas y el otro grupo solo está hablando de automóviles. Lían duerme y Nicolás solo está escuchando música. Al principio éran divertidas estas horas, pero ya cansa no hacer nada.
Al salir al recreo estábamos en un banco Lían, yo en el medio, y Nicolás. Cuando bajan del piso de arriba, Jannet y Michelle.
-¿No tienes nada para decirme, Marian? - Dice Michelle mientras nos saluda.
-Ammm, No. Por ahora.
-No, dejá. Ya entendí lo que quieres decirme.
-¿Eh?
-Marian... ¿Eres idiota?
-¿Porqué tanta agresividad?
-Bueno, bueno. Calmaos las aguas mis amigos. -Interrumpe Lían-
Salimos del colegio y solo deseo estar en mi cama, acostado, durmiendo. Al llegar, recordé que le prometí al vecino ir a visitarlo. Ash, pero querrá hablar de mi problema con Michelle. Y no quiero que alguien me diga lo que ya sé, que por mi viaje no puedo tener relaciones serias.
-Hola Marian. -Dice Agustín-
-Hola Vecino, perdone que tardé.
-Por favor, dime Agustín. Pero pasá hombre.
-Permiso.
Su casa era muy bonita, con un color rosado claro en las paredes. Una mesa redonda justo en medio del living. Un televisor enorme y se podía percibir un aroma a menta en el aire del ambiente sin duda daban ganas de estar allí. Los sillones eran cómodos y realmente grandes.
-¿Quieres agua Marian?
-Si, gracias.
-Ten -deja la jarra en la mesita ratona- ¿Qué tal el colegio?
-Cansador, y sumamente aburrido. Por cierto... ¿ Qué edad tienen?
-Yo, 26 y Mica 25. Supongo que tú tienes 18, Marian
-Así es.
-Recuerdo que a tu edad conocí a Micaela. Y todavía estamos juntos, como le prometí.
-Eso es bueno, ¿Por qué decidiéron venirse a este barrio?
-Verás, Marian, nosotros estábamos en Corrientes, y me trasladaron aquí. Yo trabajo en una empresa de construcciones. Y Micaela decidió venir aquí ya que ella es Estilista y tiene su local en el centro. Ella venía toda la semana y volvía el viernes por la noche. Asique nos viene bien este cambio.
-¿Están hablando de mi? -Dice Micaela entrando a la casa-
-No mi amor, son ideaa tuyas.
-Mmm... los vigilo. Muy de cerca.
Y antes de que preguntes, ya no tenía clientes.-Ah... que bueno amor. Mas tiempo juntos.
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Secretos guardados
RandomMarian y Michelle son dos adolescentes que tienen un secreto en común; un viaje esperado pondrá en juego toda sus vidas...