La Partida-Reencuentro

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  Me gustaría partir en la noche... dormirme definitivamente, hasta que llegara el momento.
Pero no, escucho el zumbido de la pantalla que está a mi lado. Está avisando que mi corazón dejó de latir. Y es pleno día... Las dos de la tarde. En fin...Al menos, nadie va a despertarse de su sueño, con la mala noticia...
De repente, mi habitación se llena de gente con guardapolvos... Hacen todo lo humanamente posible, pero nada queda ya.
Lo primero que hago al separarme de mi cuerpo, es irme al lado del médico jefe, que estuvo todo este tiempo pendiente de mí. Sé que no me escucha, pero igual le agradezco todo lo que hizo y que no se aflija, que me voy porque me llegó la hora, no porque el no dio todo de sí.
Luego, lo acompaño mientras va a buscar a mis padres. Los abrazo, aunque sé que no me perciben. Lo mismo con mis hermanos. Les digo que los amo, que gracias por todo y que me disculpen, por no haber sido todo lo buena que podría haber sido.
por un guiño del Señor, ahora sí puedo llorar. Son lágrimas invisibles. Y con cada una, se me va escurriendo el dolor...
Pensé que me iba a desesperar cuando mi cuerpo dijera basta, pero no... Siento mucha paz, porque sé que la peleé y di todo de mí.

Unos momentos después, ya están casi todos mis seres queridos en mi casa.
Los saludo y les repito a todos que voy a estar cuidándolos. Les pido que recen por mí, para que me vaya a un lugar mejor y que, cuando les toque, nos podamos volver a encontrar.
No me escuchan...pero quiero pensar que sus almas lo perciben y de alguna manera, van a hacer lo que les pido.

No lloren...Piensen que ya estoy mejor, que ya no sufro. Quédense con lo bueno, que no se pierde. No me olviden...

Luego, cuando no me queda más nadie, siento que me tocan el hombro.
Es él... quien fuera el amor de mi vida.

-Así que ahí estabas...-le dije, con una sonrisa.
-Me apuraron... Disculpa. Pero aquí estoy. Me pidieron que venga a buscarte... ¿Nos vamos?

Tomo su mano y lo sigo. Quería escucharlo decirlo... pero... Ya no hace falta y creo que siempre lo supe. Además, ni la muerte separará nuestras almas.

Diario de mis Últimos Instantes #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora