CAPÍTULO 8: DESCUBRIR EL AMOR
Kurt llevaba como guardaespaldas de Blaine dos meses. No había ningún acercamiento entre ellos pero él notaba que las cosas poco a poco iban cambiando. Sin embargo, había un gran nerviosismo alrededor. El bando de los Titans había conseguido un gran avance en la guerra y la ciudad distaba mucho de ser segura. El miedo se había apoderado de los habitantes pero, en contra de lo que se podría esperar, eso supuso un aumento de los alistamientos para la batalla.
El castaño no lo entendía, no sabía por qué civiles estaban dispuestos a morir para intentar que los Warblers vencieran cuando podrían vivir mejor cuando la guerra acabara, sin las complicaciones que les podría suponer haber pertenecido al bando vencido.
Además, los altos mandos ponían en riesgo sus vidas constantemente para intervenir en algunas misiones. Eso era algo que le ponía realmente nervioso. Sobretodo cuando a él le tocaba esperar a que Blaine volviera. Sabía el plan de los Warblers y había mandado todo los detalles a Sue, por lo que los Titans contaban con una gran ventaja.
– Estás muy tenso, deberías relajarte. – El moreno sonrió con dulzura.
– No puedo relajarme cuando estás preparado para salir a la batalla... Temo que no vuelvas. – El ojiazul susurró mirando al otro con tristeza.
– Si se piensa que van a pasar cosas negativas, seguro que pasan. – Anderson comentó con naturalidad.
– No pensar en ellas no evita que ocurran. – El espía frunció el ceño.
– Eso es cierto, pero en las batallas, como en todo, la psicología es una parte muy importante. Si cuando un niño está a punto de competir le dices que lo va a conseguir, que es el mejor, que confías en él y que si se esfuerza tendrá éxito realmente tiene más posibilidades de ganar que si le dices que no es bueno y que va a perder. – Blaine informó.
– ¿Qué significa eso? – Hummel no entendía la conversación.
– Significa que ahora mismo estás mandándome energías negativas que aumentan la probabilidad de que algo salga mal. – El moreno explicó sin dejar de sonreír.
– Lo siento. – El castaño no sabía qué más decir.
– ¡Kurt! ¡Estoy bromeando! – El ojimiel rió con ganas. – Relájate, ¿vale? Voy a estar bien.
– No me relajaré hasta que no vuelvas. – El espía insistió.
– Voy a volver porque tengo un motivo para hacerlo. – En ese momento, Anderson se acercó a él y lo besó con suavidad.
Era el primer beso que ambos compartían desde que dejaron de ser sólo amantes. Sin embargo, era un beso muy diferente a todos aquellos. Ambos sabían que había algo más que pasión en ellos. Ninguno se atrevería a hablar de amor, parecía una palabra prohibida para ambos, pero por otro lado no había nada que pudiera describir mejor ese momento.
Cuando se separaron, Kurt suspiró porque le habría gustado que ese momento fuera eterno. Abrió los ojos para encontrarse con los color avellana que brillaban con intensidad y deseo. Sin embargo, apenas tardaron unos segundos en volver a besarse con pasión.
Antes de que el castaño se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, sintió como su espalda chocaba con la pared mientras una mano se colaba por debajo de su camisa para acariciar su costado. El espía comenzó a acariciar al otro por encima de la ropa. No sabían como habían llegado a esa situación pero ninguno de los dos estaba dispuesto a parar.
– Siento interrumpir. – Sebastian habló y ambos se volvieron para mirarlo mientras se acomodaban la ropa. – Tenemos que prepararte. Os doy unos segundo para que os despidáis... Pero que sepáis que no tenéis tiempo para lo que estabais a punto de hacer.
Smythe se marchó a su despacho para dejarle a la pareja algo de intimidad.
– Será mejor que nos despidamos... – Kurt sugirió antes de volver a besar al otro, aunque esa vez más dulce.
– No me gustan las despedidas. Yo creo que nunca hay que decirle adiós a las personas que quieres. – Blaine explicó.
– ¿Eso significa que me quieres? – El castaño preguntó.
– Creía que ese aspecto había quedado claro con el beso de antes... Es pronto para hablar de amor, pero te aseguro que te aprecio y te respeto. – El moreno sonrió mientras sujetó la cintura ajena para acercarse todo lo que podía al otro.
– Bueno... Creo recordar que hace tiempo dijiste que no nos iba a pasar como a Cooper y Sebastian, de ahí mis dudas. – El espía mencionó aparentando inocencia.
– Nadie puede controlar lo que siente... En ese momento era lo que sentía, pero el tiempo me ha demostrado que estaba totalmente equivocado. – El ojimiel admitió.
– Yo debo admitir que hace tiempo que siento algo por ti... Así que, como decías, mejor no despedirnos. Nos vemos en un rato. – Hummel lo besó con dulzura.
– Nos vemos en un rato, antes de que te des cuenta estaré de nuevo aquí.
Kurt estaba esperando noticias de Blaine en el cuartel general. Sabía que los demás lo estaban dejando solo porque pensaban que era la pareja del moreno. Sin embargo, no le habían dado ningún tipo de información aunque era consciente de que tenían mucha. No sabía por qué lo mantenían en la sombra pero tampoco quería protestar. Podría parecer sospechoso que fuera preguntando cosas a todos.
De repente, todos los mandos que estaban en las oficinas comenzaron a moverse. Veía la preocupación en los rostros de Sebastian y Cooper y eso no era para nada alentador. Pasaron unos minutos antes de que Sam, Nick, Jeff, Jake y Ryder llegaran allí y se acercaran al matrimonio.
– ¿Qué es tan urgente? – Puckerman cuestionó, aliviado al ver que su hermano mayor no había sido llamado.
– La misión de Blaine no ha salido lo bien que esperábamos y vamos a comenzar la operación de rescate. No queremos a nadie que no sea cercano, no me voy a arriesgar a que consigan la información de lo que vamos a hacer. – Smythe aclaró mientras se movía por la sala recogiendo armas, chalecos antibalas, cascos y demás utensilios necesarios.
Para disgusto de Kurt, cerraron la puerta con él fuera, por lo que no pudo escuchar cuál era la misión de rescate. Sabía que debía avisar a Sue pero no quería que Blaine muriera. Su corazón no se perdonaría ser él quien entregara al amor de su vida a una muerte segura. Aun así, tampoco tenía mucha información por lo que tampoco podía hacer mucho más.
Kurt dejó salir el aire que había estado reteniendo cuando vio a Sebastian y Cooper llegar con Blaine en sus brazos. Detrás de ellos, los demás amigos íntimos del moreno los seguían con nerviosismo. Entraron a una sala y Hummel los siguió para ver como comenzaban a quitarle parte de la ropa.
– ¿Puedo ayudar? – Kurt preguntó mientras se acercaba aun más al herido.
– Varios médicos están en camino. Ellos se encargarán. – Sam lo tranquilizó poniéndole una mano en su hombro. El castaño asintió agradecido por la información.
Tal como había dicho Evans, unos médicos entraron y comenzaron a evaluar las heridas del menor de los Anderson. Cooper no apartaba la mirada de su hermano pequeño mientras Smythe acariciaba a su esposo para tranquilizarlo, aunque en realidad estaba tan nervioso como él. Jeff lloraba mientras Nick lo abrazaba con fuerza. El rubio era el más sensible porque, después de que su familia lo echara de casa, Blaine se había convertido en un hermano para él. Evans hacía un esfuerzo para respirar con tranquilidad, su mejor amigo no podía morir, se negaba a concebir un mundo sin el menor de los Anderson.
ESTÁS LEYENDO
El Espía (fic Blaine - boyxboy)
FanfictionKurt Hummel es un partidario del bando de los Titans. Tras varios años preparándose, llega su oportunidad de tomar parte de la guerra. Su misión es seducir a un alto mando de los Warblers para conseguir información. Lo que no espera es que eso cambi...