No es otra tonta saga para adolescentes

La cuchara dentro de la niebla

—Becca—la voz de mi madre me llama de lo que parece ser el más allá mientras yo me retuerzo incómoda, ¿Estoy muriendo? Ah, no...Me están despertando.

Podría hacerle caso y levantarme, pero quiero seguir con mi hermoso sueño donde me caso con Legolas...y con Hiro Mizushima...y con Matt Bomer, pero los dos últimos no tienen sentido porque Mizushima-sama tiene esposa y Matt es gay.

—Becca...—la voz de mi madre me sigue queriendo despertar, aunque yo sólo escucho un leve murmullo—... ¡Rebecca!

—¡¿Qué?!—grito cuando por fin abro mis ojos marrones para encontrarme con el rostro borroso de mi madre— ¡Ya desperté, ya desperté!

—Ya estamos por llegar—me dice ella, le ignoro y empiezo a tratar de recordar donde Lucis deje mis gafas. Cuando finalmente las encuentro me las pongo e intento hacer memoria de como carajos terminaron en mi cabeza, ¿Tan despistada soy? ¿O es viajar en coche durante Kami sabe cuánto parar mudarme me está afectando?

Oh dios...más importante que mis gafas...¡MI GSP! ¡¿Dónde deje mi GSP?! Oh...cierto, está guardada debajo del asiento porque si mi hermano encuentra mis juegos yaoi me muero...aunque pensándolo bien, él necesita un activo urgente...a ver si así se le va lo borde...ya me lo imagino gritando "¡N-no me llames pasiva, i-idiota!"

—Ah—acoto mientras hago un nulo intento de peinarme—, ¿Dónde dijiste que nos íbamos a mudar?

—A un pueblo llamado Cuchara—responde ella mientras mira a papá conducir.

Mantengo un silencio sepulcral mientras miro a mi madre con la más pura expresión de WTF del mundo, ¿A quién en su sano juicio se le ocurre irse a vivir a un pueblo llamado como un freaking utensilio de cocina? Espero que haya una buena señal para mi Wi-Fi...oh, espera, en este maldito sitio llueve o hay niebla 24/7 así que la conexión debe estar para la mierda.

—Déjame adivinar—digo con un aire sarcástico—, tienen un lago llamado Sopa.

—Rebecca, sabes que nos mudados porque yo tengo que trabajar mientras tu padre los cuida, ¿Verdad, Richard?

—Aha...—murmura papá cabeceando, no sé si mamá se da cuenta, pero si seguimos así mi vida se volverá el típico cliché de la huérfana nueva en el pueblo, y no sé cuál es peor, si ese o el de la de los padres divorciados.

—No es por nada, pero si papá se duerme vamos a chocar...Y no me molestaría usar a Finnian como bolsa de aire humana para protegernos a mí y a mi GSP.

—...—mamá guarda silencio por algunos segundos—, ojalá cuidaras de Finnian como cuidas de tu consola.

—Es que mi amada bebé no fue un accidente.

—Cállate, que si yo fuera un accidente me hubieran abortado—responde Finnian antes de sacarme la lengua.

—Lo iban a hacer, pero es que los abortos estaban muy caros—respondo con una sonrisa malvada.

—Entonces me hubieran dado en adopción—dice para volver a sacarme la lengua como si ese fuera el mejor de los insultos de mundo, ¿Pero que se le va a hacer? Es un criajo al que todavía no le llega la pubertad...creo, porque desde que se le empiece a empalmar voy a buscarle seme.

—Lo intentamos—digo sintiéndome todopoderosa—, pero es que nadie quería adoptar a una cría de mono deforme como parecías de bebé...así que te devolvieron.

—Rebeca—mi madre me llama con voz dura—, deja de molestar ahora tu hermano.

—Pues dile a papá que deje de conducir y cambien de lugar porque el pobre está por dormirse al volante.

—¿Para qué si ya llegamos?

¿Qué...? ¿Cómo...? ¿Cuándo...? ¿Dónde...?

—Pero si estamos a mitad de la nada—respondo incrédula mientras empujo mis gafas sobre el puente de mi nariz—, yo aquí lo único que veo es niebla fea.

Mi madre me mira mal y yo le hago caso omiso mientras intento tener la más mínima idea de dónde demonios estamos...Oh sí, en Cuchara el pueblo que seguro no tiene buena conexión a Internet o tal vez ni siquiera tenga señal telefónica.

—Pues estamos frente a nuestra nueva casa...creo—dice mamá poco segura de si estamos en el lugar correcto, la maldita niebla no deja ver nada, no me sorprendería que ahora mismo apareciera una princesa de la decimoquinta dimensión a chuparnos el alma como en uno de mis videojuegos favoritos.

—Si la Princesa Shirayuki viene a tirarnos su Nieve de Corazón Invernal juro que saldré corriendo lejos de aquí—digo antes de sacar mi celular para comprobar si hay señal.

Mierda.

No hay señal, no hay señal...genial, ahora lo único que falta es que papá se vuelva loco, tome un hacha y nos persiga para matarnos.

—Si pensaras en cómo conseguir amigos en vez de hablar sobre la princesa Chiropuki y su hielo de estómago de junio tal vez no estarías de tan mal humor.

...¿Cómo llamó a Shirayuki-sama...? Y lo peor...Hielo de estómago de junio...

No grites, Rebecca, no empieces a gritar: "¡Se llama Princesa Shirayuki y su ataque es Nieve de Corazón Invernal, mujer inculturada que se hace llamar mi madre!"

—...no diré nada.

¿Por qué Lucis presiento que las cosas irán de mal en peor...?