Capítulo 24: Pruebas decisivas. Parte 2.

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Justo un segundo antes que la derribara a Tatiana levantó la roca encendida y la arrojó hacia la muralla, mientras de fondo se escuchaba caer la columna.
Gracias al viento y la velocidad, el fuego de la roca se apagó dejando como resto un poco de humo blanco el cual entró muy difícilmente en la cerradura.
Toda la muralla de Fuego se hizo completamente humo, el cual bajo de sopetón y dejo las versiones en humo de todas las chicas y chicos. Poco a poco comenzaron a hacerse físicamente visibles y su cuerpo empezó a solidificarse.

Julieta tosio para expulsar todo el humo de sus pulmones.

- Esa fue la experiencia más rara que tuve -movio su cabeza negando y volvió a toser.

Todos rieron. Aún la risa de Damaris era diferente para todos, pero nadie quería decir nada.

Al pasar a la siguiente prueba la muralla de Fuego volvió a rehacerse y todos los que no eran de la categoría Guerra se cristalizaron.

Adelante de las narices de Yvette y Zusammen apareció un laberinto completamente hecho de pedazos de vidrio y cristal, lo podias botar cuando veías tu reflejo recortado en partes.
Había decenas de entradas para ocultar las miles vueltas que tenía este peculiar laberinto.

Dejando atrás las versiones criatalizadas de sus amigos se adentraron en él.

- ¿Por qué un laberinto? Somos Guerra, creí que luchariamos contra alguien -bufó Yvi mirando impaciente hacia todos lados, esperando ansiosa que en cualquier momento aparezca alguien.

- Nuestra categoría no se trata sólo de luchar Princesa, a veces uno mismo puede ser su propio enemigo -dijo sabiamente su Llave.- Tal vez lo que busca es que enloquezcamos, no te lo podría decir con exactitud.

El camino comenzaba recto, y ya que todo estaba hecho de cristal y vidrio era muy difícil saber en que momento se dividia hasta que lleguemos a ese punto.

Rápidamente llegaron a una intersección, en este había dos claros caminos posibles para cruzar así que decidieron tomar el de la derecha. Error. Este llevaba a un callejón sin salida, así que volvieron atrás y tomaron el izquierdo.

Yvette tomó una coleta para el pelo de su bolsillo y se recogió el pelo en un moño, pero al pasar sus dedos entre las hebras de su cabello sintió algo raro.

- Zus -le llamó a la par que dejaba de caminar y se dejaba caer el pelo- ¿Que tengo aquí? -hizo incapie en el lugar donde había sentido una molestia. Este se acercó y miro.

- ¿Que demonios? -se sorprendió el otro- Es un estilo de.. Cabello cristalizado. Y no es el único, tienes varios así.

Al tenerlo tan cerca noto algo extraño también en su cuerpo.

- Z-Zus -tartamudeo ella- T-Tienes algo en la oreja

Este se toco donde Yvi le indicó y descubrió que también la tenía cristalizada.

- Sigamos en marcha - se apresuró a decir la Llave- lo que sea que este pasando, no dejemos que nos frene.

Su camino siguió por la izquierda el cual de dobló a la derecha y luego a la izquierda nuevamente. Esta reveló cinco diferentes caminos.

- Demonios -Yvi apretó los puños- ¿Qué hacemos?

- Vayamos uno por uno -respondió a su lado.

Comenzaron por el camino que estaba más a su izquierda. Error, no tenia salida.

- Zus -le llamó Yvi temblando y con la cara pálida del susto mientras volvían hacia atrás del callejón sin salida.

- ¿Qué sucedió? -preguntó mientras hacia ademán de meterse en el siguiente camino, pero Yvi le agarro la camisa y lo frenó.

¿Yo? Un hada #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora