De verdad que llegué a pensar que por fin alguien me quería por como soy y lo que soy.
Por mi risa,
por mi descabellada forma de pensar y actuar,
por ese mal humor de la mañana,
por esa ternura que desprendo por las noches,
por esos unicornios que vuelan en mi cabeza.
Pero no.
No fue así.
Nunca me quiso.
Nunca tuvo la intención de quedarse.
Todo fue una farsa.
Todo fue una mentira inventada por él.
Él buscaba un lugar donde meterla y yo un lugar donde me curasen el corazón.