Hace veintiún días que no escribo nada para ti.
Ni en referencia a ti,
hace veintiún días que no escribo.
Porque no me sale, no me sale sino sufro por ti.
Y hoy lo he hecho,
y hoy lo hago.
Veintiún días en los que no me dolías.
Han pasado muchas cosas,
me has hecho más daño que la vez anterior,
de una forma tan rastrera y asquerosa que nunca pensé que harías.
Pero lo hiciste,
volviste a hacerme daño.
Pero joder,
aún así no te supero.
Aunque prefiero odiarte que echarte de menos.