• Cap. 2 •

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Después que JungKook dejó a su pequeño en la puerta de su escuela y volvió a casa, realizó sus labores pendientes. Un par de veces llamó a su cuñado para asegurarse que iría por su pequeño y que no le pasaría nada.

Cuando finalmente Taehyung había llegado de su jornada, se llevó la sorpresa de no escuchar ruido, por lo general TaeJung a pesar de ser un niño obediente y tranquilo solía hacer algo de ruido, quizá salieron pensó el, aprovecharía para darse un largo baño y quizás ver una película, dormir, ya se le ocurriría algo en que invertir su tarde.

Subió hasta la habitación que compartía con JungKook, dejó la chaqueta que llevaba puesta sobre el perchero que tenía al lado de la puerta y a un costado en el suelo su mochila.
Se deshizo de sus zapatos para estar más cómodo y su camisa, dejándola de lado procedió a hacer lo mismo con su pantalón, o eso hubiera hecho si no fuera porque el travieso conejo se lanzó a abrazarle por la espalda.

-Creí que habías salido con TaeJung...

-El esta con Jin, tenemos la tarde para nosotros dos.

La idea le gustaba a Taehyung, pero se me hacía raro que sólo así pasaría, JungKook solía ser reservado en ese aspecto, cosa que no le molestaba a el, sin embargo necesitaba atención de vez en cuando y tocarse a si mismo no era algo que disfrutase mucho, al punto de hacerse algo monótono.

Las manos de JungKook acariciaron el abdomen de su pareja, había cumplido su promesa de ir a un gimnasio después de lo ocurrido con Jimin y NamJoon, los resultados eran mucho mejores de lo que cualquiera de los dos hubiese esperado, estas poco a poco se adentraron a el pantalon de este no sin antes deshacer el cierre y desabrochar el botón de metal, la mirada atenta de Taehyung seguía cada movimiento de las manos de su novio hasta sentir un placentero roze que le obligó a cerrar los ojos, aquella zona que pedía por un poco de atención al fin la recibía, de la forma en la que sólo JungKook sabía hacerlo. Por otro lado unos suaves labios se deslizaban de manera experta sobre un lateral de su espalda dejando besos y una que otra mordida sacándole suspiros a Taehyung. Sentía que en cualquier momento explotaría, y los movimientos de aquella mano subiendo y bajando no ayudaban mucho, quería ser paciente y esperar, pero ese niño le hacía perder su poca cordura en ese entonces.

-Bienvenido a casa.

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