─ Cielos, no lo sé, de verdad...Podemos ver que hay cerca de nosotros. ─Propuso Kuroko al ver un mapa de el lugar.
─ Claro. ─Esta vez la timidez le entró a Hanamiya y evitó tomar de la mano a Kuroko, moría de ganas por hacerlo, pero no quería que Kuroko se sintiese incomodo por sus actos, no por los sentimientos innecesarios que tenía hacia él. Se adelantó tratando de descartar aquellos pensamientos de su cabeza.
Llegaron frente al mapa, se podía observar el área de graja, de los felinos, los caninos, los reptiles y el mariposario.
─ Makoto-san, ¿Qué es lo que te llama la atención?
─Mariposas no, por favor, les tengo terror. Si quieres los reptiles.
─ ¿Le dan mido las mariposas a Makoto-san?─Kuroko preguntó asombrado. Para después decir: ─Los reptiles esta bien.
─ Sí, y eres el único además de mi loca madre que lo sabe.
─No diré nada al respecto, ─Kuroko acercó su dedo indice a su boca formando así la señal de secreto. Hanamiya casi cae con eso.
─Gracias por guardar mi secreto, prefiero estar rodeado de víboras que tener frente a mi una mariposa.
─ ¿Acaso te dan asco?─ Kuroko le preguntó una vez estaban en camino al área de reptiles.
─No sé como explicarte, sólo sé que una vez cuando yo era pequeño y me estaba bañando, mi madre me aventó una mariposa y el hecho de sentirla en mi piel desnuda, fue sumamente frustrante y desagradable, desde ahí no las soporto.
Kuroko le extrañó el comportamiento que contaba Makoto acerca de su madre, jamás pensó que una madre fuese o se comportase de una manera tal, pero mirando a Makoto, por algo él tenía una personalidad así, seguramente y aprendieron el uno al otro.
─Ya veo, bueno, es verdad que su tacto no se compara a otra cosa, son demasiado frágiles─ En su opinión las mariposas no eran tan malas, mucho menos desagradables, a él le parecían la forma más fácil de pensar que uno también podía volar.
─ Olvidando eso, ¡mira! iguanas.
Kuroko por ese instante vio que Makoto no mentía, que en realidad le quería tanto como decía, y ¿quien podía negarse ante la honestidad?
─Esta bien, Makoto-san...tendré una cita contigo. ─ Después de todo había estado casi rogando, se había rebajado a un nivel que no debía, ya que Kuroko no era tan sorprendente como le miraba Makoto.
¡Hanamiya no lo podía creer! ¿En verdad escuchó bien?
─ ¿Puedes repetirlo?
─Saldré con Makoto-san en una cita.
─ Gracias, te prometo que sólo será una, y no haré nada que no quieras, sólo eso, y no te molestaré otra vez.
Rió aliviando y no pudo evitar abrazarlo repentinamente, el chico intentó alejarlo débilmente dos veces pero a la tercera se quedo inmóvil. Acepto el abrazo.
─ ¿Dónde esta Kuroko? ─ Habló Teppei a pocos metros del escondite donde ellos se encontraban.
Kuroko miraba las iguanas, estaba sorprendido de ver lo grandes que era, realmente el prefería los animales más tiernos.
─ Pensé que serían más pequeñas. ─ Confesó son ese mismo asombro que tenía dentro.
─ Claro que son grandes, ¿que esperabas tonto? ─ Y aunque dijo tonto Hanamiya comprimió su temor esperando la peor reacción del contrario. Pero lo que hizo Kuroko...él sólo se río.
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Hanamiya es diferente.
FanficA los ojos de todos, Makoto Hanamiya es una persona sádica, hipócrita y sobre todo cruel ante los sentimientos y esperanzas de los demás. Sin embargo dentro de ese chico tan arrogante que parece carecer de toda bondad, hay algo tan profundo como el...