Hanamiya es diferente.

Rompamos la promesa.

Kuroko aceptó la cita por una simple razón "Di mi palabra" Pues, para el menor una promesa, una palabra eran de suma importancia. Si no cumples lo que tú sismo dices entonces ¿Quién rayos eres? 

¿Quién era Kuroko en ese momento? Pues, sabía la promesa que Makoto le había prometido con tal de salir. Le pareció lo mejor en ese entonces, de ese modo no tenía que pasar lo vergonzoso de una declaración la cual terminaría por rechazar. Sin embargo, ahora tenía la mente echa un desastre. 

Cuando subió al autobús y miró hacía donde Hanamiya se encontraba de espaldas, miles de voces se juntas al mismo tiempo en su interior decían. "¿Qué es lo que haces?¿Por qué te quedas ahí parado? Haz que mire hacia ti". Ni siquiera sabía si lo quería o no. ¿No lo odiaba en la mañana? 

Finalmente decidió. Era decirle adiós al orgullo, iba a ser él quien tomase la iniciativa ahora. Pues, si Hanamiya no tomaba su mano, no le decía algo, era turno de Kuroko. 

Si, así es, Kuroko se enamoró de ese Hanamiya que conoció hoy. 

—Me enamoré.— Habló en voz alta dentro del camión, y el escucharse a si mismo le hizo reír. No entendía como era posible, ni siquiera sabía como es que logró sentir tantas ansias para que aquella cita no acabara nunca. Pero la agradaba esa sensación inquietante por alguien más. Le hacía sonreír como un idiota. No sólo era eso, se sentía idiota, por haber rechazado antes a Hanamiya sin por lo menos haber dado el tiempo de conocerlo mejor. 

Sus piernas actuaron por si solas esa vez, salió del camión de inmediato, casi cae al suelo debido a eso. Caminó hacia Hanamiya con el corazón palpitante, con la determinación de decirle todo lo que estaba siendo ahora mismo. 

—Makoto-san.—Se atrevió a nombrarlo. Y en cuando Hanamiya se detuvo el corazón de Kuroko lo hizo también. 

—¿No estabas en el autobús?

—Olvidé decirle algo muy importante a Makoto-san.—¡Pero era horriblemente difícil! ¿Era esto lo que sintió Makoto cuando se le confesó a Kuroko?. Definitivamente, él era la mala persona y no Hanamiya. Después de todo, no se puso en el lugar de Makoto cuando él se le confesó aquella vez. Una horrible persona, ¿será que merecerá una nueva oportunidad? ¿Puede cambiar de opinión?

—¿Qué es?—El momento de hablar, sin esperar más. Kuroko tenía que decirle lo que el mismo se dijo en ese autobús. 

—Kuroko. 

El corazón del más pequeño se detuvo, pero no como lo hizo con Hanamiya, sino con un toque de terror. Había jurado que era la misma voz de su superior. 

—Kuroko, ¿Qué es lo que estabas por hacer? 

El celeste cerró los ojos desando que volviese a ser una simple alucinación cruel de su cabeza, pero, lamentablemente, Kuroko sabía la realidad. Volteo a sus espaldas lentamente y encontró a quien era su superior. 

—Teppei-san...¿Qué haces aquí?

—Esa pregunta debo hacerla yo.—El castaño no necesitaba ese tipo de respuestas, ¡lo sabía todo! desde un principio lo supo. Hanamiya siempre había sido tan evidente, tan idiota, ¿Cómo no iban a darse cuenta los demás? Mirada a su Kohai casi todo el tiempo, algo que no hacía antes. Sonreía de manera tonta, y finalmente se le declaró. Claro. Hanamiya no conocía realmente a Kuroko tanto como él. Por eso sabía lo mejor para su Kohai.   

— ...Salí con Makoto-san.—Increíblemente el menor tuvo el valor para hablar en voz alta. Se preguntaba ¿Cómo es que había llegado a ellos? ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora? 

—y Por qué hiciste algo así Kuro-

—Porque yo le insistí, Teppei. Déjalo, él ya se iba. ¿No es así, Kuroko? Después de esto yo no volveré a hablarle.