capitulo 9

9 1 0
                                    

Samantha:

Estaba tan emocionada de que mi hermana se fuera a casar dentro de 4 meses eso era fabuloso, ella  y Diego se veían tan felices.

Me dirigí a la empresa y fui directo a la oficina de Damian, llegue y toque la puerta y ahí estaba el recargado al vidrio que daba la vista a toda la ciudad.

-hola Damian - dije sonriendo al decirlo.
-hola Samantha - dijo mientras se giraba a ver me.
-ya estoy aquí hasta que hora ma voy a tener que quedar ya que he llegado más que tarde- dije mirando sus ojos.

-pues tú dimelo, que hora es?-
Dijo mirando su reloj.

-bueno son las 3:00 pm y se supone que esta es mi hora de salida, así que si entro a las 9:00 am me tengo que quedar 6 horas aquí- dije haciendo un un gesto de incomodidad.

-oh vamos Samantha quita esa cara - dijo acercándose a mi.

El se puso enfrente de mí y me acarició mi mejilla.
-Sabes, nunca en toda mi vida me había sentido de este modo tan distinto, nuevo, con esa responsabilidad de proteger a alguien, de mantener lo seguro... Hasta que tú llegaste Samantha me has echo cambiar todo de mí, tú sonrisa, tu mirada se han convertido en una droga para mí, ese latido que da mi corazón pues es porque tú lo haces latir, me he convertido en un adicto a ti, me echo ver que todo se puede que puedo superarme que no me debo de conformar a ver más aya de lo que yo veía, a apreciar varias cosas, pero lo principal me enseñaste a quererte y a necesitarte...-dijo mientras me tomaba las dos manos.

-señor se siente bien?- dije mirándolo, mientras miraba alrededor y observe que en su escritorio había una copa de whisky.

El hombre estaba ebrio.

-señor creo que lo mejor es que se vaya a su casa para que descanse y se le pase la fase de romanticismo- le dije mientras me alejaba de el.

-Por favor Sami no te alejes de mí quédate conmigo- dijo con los ojos algo rojos y cansados.

-A quien puedo llamar para que venga por usted?- le pregunte y el se quedo viendo al infinito.

-A nadie, a nadie le importo soy un bueno para nada, nadie se preocupa por mí- dijo mientras se sentaba en un de los sillones que tenía en sus oficina.

-No diga eso señor...- dije pero él me interrumpió.

-Dime una persona a la cual le importe?- dijo con voz demandante y mirándome a los ojos.

Me quede pensando por un momento y luego recordé que no conozco nada de este hombre.

-A mi- fue lo único que pude decir.

Él estaba mirando al techo pero volteo inmediatamente a verme.

-Que buen chiste señorita pero sé que solo le importo porque soy el que le deposita a su cuenta bancaria, o me equivoco?- dijo mirándome con una cara de decepción y burla al mismo tiempo.

-No es así, no porque usted me deposite o me de mi pago significa que no me importa cómo se encuentra usted física y psicológicamente- dije mirándolo de brazos cruzados.

- Como tú digas Samantha- dijo mirándome de reojo.

Este hombre pasa de ser formal a ser como si nos conociéramos de toda la vida.

Salí de su oficina y llame a su secretaria.

-Disculpa el señor necesita de tu ayuda- dije algo incomoda ya que ella llevaba un vestido que no dejaba nada a la imaginación.

Ella se paro y fue directo a su oficina cerró la puerta en mi cara, trate de abrirla pero la cerró con llave así que me senté en el escritorio de ella no supe cuando pero me quede dormida.

-Ya te puedes ir - me gritó una voz de mujer, desperté al instante y me levante de un salto, era la secretaria de el señor Stevenson.

-Que sucedió con el señor...- me interrumpió.

-el ya se encuentra dormido no te preocupes por el- dijo con el labial corrido y la blusa de botones mal abrochada y la falda mal puesta.

Sabia que lo habia "consolado" por no decirlo de otra forma.

Decidí ir a mi casa estaba completamente agotada.

Only MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora