Espejismo 1: La locura no es exclusiva de los locos

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Desperté en un bosque y no evité preguntarme, ¿dónde estoy?, ¿cómo llegué a éste lugar?, ¿qué son esas voces?, ¿por qué el cielo anuncia una desgracia si se ve tan alegre?, esas fueron las primeras cuestiones que perturbaron mi mente los primeros momentos que despertaba en tan bizarro y curioso lugar, apenas podía darme cuenta que estaba solo, pero por puro instinto supe que debía salir de allí, no era necesario que hubiera personas o cosas a la vista para darme cuenta que me estaban observando, apenas recobré las fuerzas me levanté y emprendí mi marcha, no tenía conocimiento alguno de la travesía que me esperaba. No tardé mucho en darme cuenta que estaba caminando descalzo, pero la tierra era suave, tibia, rodeada de grandes hojas de color naranja, era extraño, me sentía demasiado cómodo caminando en ese raro y a la vez paradísiaco sendero, ¿qué lugar era éste?, parecía que se trataba de un bosque, ¿porqué hay dos lunas?, ¿porqué una luna es morada y la otra café?, el aire era frío, cada vez que caminaba tenía esa extraña sensación de que me observaban, mientras más caminaba más tenía esa incómoda sensación, sentía que mis raptores esperaban el momento adecuado para que pudieran capturarme y sabrá Dios cuantas cosas terribles me harían, decidí seguir avanzando, pero con mis debidas precauciones, tal vez en mi corta estancia en éste curioso lugar ya estaba volviéndome loco, ¿acaso los árboles estaban susurrándome?, no podía entender como tal espéctaculo no me había asustado, más tarde encontré un objeto, pero estaba colina arriba, tomé un poco de aire y escalé la colina; en la cima había una maleta, como niño en navidad la abrí impacientemente, para mi sorpresa encontré unas bonitas botas de mi talla, me las pusé enseguida, también encontré un poco de papel y un cuchillo, tomé lo poco que encontré y por más raro que suene avisté unas maravillosas montañas, praderas de ensueño, alegres flores, y también. Esperen, ¿una aldea?, ¿aquí?, ¿en esté peculiar y extraño bosque?, sin dudarlo bajé hasta llegar a ese lugar, me llevé una gran sorpresa cuando me dí cuenta que no había nadie, todo estaba tan vacío, la tranquilidad reinaba en ese pequeño, pero civilizado lugar, entré a una choza, era pequeña pero acogedora, había comida en; ¿una mesa de cristal?, ¿es eso posible?, encontré una combinación extraña de frutas y carne animal, ¿eran frambuesas y chuletas?, ¿o quizá pasas silvestres y filete?, da igual lo que haya sido, mi apetito era voraz como el de un oso, devoré esos manjares en menos de un párpadeo.

Después de saciar mi apetito me levanté y salí por el umbral decidido a continuar mi travesía, recorrí el sendero y volví a entrar al bosque, las cosas iban tan serenas, el tiempo se desvaneció como arena corriendo por el reloj, cuando menos me dí cuenta la noche estaba llegando, las estrellas relevaban a los rayos del sol, era extraño que no sintiera temor. Seguí caminando tranquilamente mientras la obscuridad corría alrededor mío, escuché a las lechuzas cantar a dueto con los grillos, las luciernagas bailaban con la noche, el aroma de la quietud perforaba mi subconsciente mientras caminaba tranquilamente, después de un largo rato el cansancio estaba atacándome, mis extremidades parecían de plomo. Cuando menos lo esperé caí rendido al suave pasto, observé a las estrellas cantar un dulce arrullo para mí, cerré mis ojos y todo fue obscuridad; a la mañana siguiente los neonatos rayos del sol me despertaron, aparecí en una pradera primaveral, las flores murmuraban sobre mi presencia, me levanté y no dejaba de mirar hacia todas partes, ¿cómo llegué hasta aquí?, ¿qué pasó mientras dormía?, empecé a reconstruir todo en mi cabeza y llegué a la conclusión de que esto era obra de alguien, pero de ser así ¿quién me trajo?, ¿cómo me trajo?, ¿quién pudo planear esta broma?, era lógico que ésta persona o la cosa que haya hecho esto, tenía una mala predilección para hacer estas bromas, me levanté aún confundido, emprendí la marcha otra vez, me interné en este extenso y hermoso valle, los colibrís eran de color gris con escarlata, habían tulipanes, manzanillas, rosas, girasoles y alcatraces, cuyo tallo medía más de 2 metros, los colibrís revoloteaban gozosos en sus petalos, volví a encontrar el bosque, lo pensé un poco para entrar, ignoré a mi ángel de la razón y me interné en ese bosque, los árboles movían felices sus ramas, al parecer se acostumbraron a mi presencia, aunque mi estancia fue muy corta, su follaje era igual que las canas de un anciano: demostraban sabiduría y un gran camino recorrido; éste lugar es extraño, pero su abrumador aspecto no le quita su hermosura, ¿me habré perdido?, ¿voy en el camino correcto?, ¿porqué siento que me vigilan?, ¿porqué estoy tan nervioso?, mis manos tiemblan y mis sentidos están alerta ante la mínima señal de peligro, supongo que me he vuelto un poco paranoico, pero..¿cómo no sentir miedo cuando escucho esas voces guturales y las pisadas del jinete que se encargará de mi hora final?, por desgracia no puedo ver el futuro, pero sí puedo cambiar MÍ futuro. Volteaba a mi alrededor para confirmar que estaba realmente solo, mi vista confirmaba la soledad que me rodeaba, pero mis demás sentidos no opinaron lo mismo; supuse que todo esto se trataba de una burla del destino hacía mí, pensé que ya lo había visto todo, pero al destino le encanta jugar con los planes que tenemos, no estaba preparado para lo que me daría la bienvenida, si pudieramos ver lo que va a pasar. Tal vez podríamos evitar una cantidad interminable de tragedias; pero como no es así, sólo nos queda reducir el daño que estás cosas puedan ocasionarnos. Seguí caminando sin voltear atrás, en cuanto me volteé distinguí unas siluetas que me perseguían como una jauría salvaje cazando a una indefensa oveja, mi respiración hacía colapsar mi pecho, entonces mis piernas difícilmente respondían a mi cuerpo, y después de poco ellos...

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