10. Discusión

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»KRONNO«

Cogimos sitio en las butacas del cine y en la pantalla gigante comenzaron a proyectarse miles de anuncios previos a la peli.

En un momento de la trama de esta, recibí una notificación en mi móvil. Creí haberlo puesto en silencio.

WhatsApp

______

-¿Kronno?

-¡Hola! :D

-¿Puedes hablar? ¿O... estás ocupado?

-Nah.
-Solo estoy viendo una peli.

-Si quieres hablar después...

-¡No, no!
-Cuéntame, ¿qué pasa? :)

-¿Te apetecería quedar el sábado para componer un nuevo tema?

-¡Claro! Sin ningún problema.

-Genial^^
-Esta es mi dirección: XXXXXXXXXX.
-¿A las 17 h?

-Sí.
-Allí estaré sin falta.

-¡Muy bien!
-¡Hasta el sábado!

-¡Hasta el sábado!

/ / / / /

Sin poder evitarlo, sonreí mientras me mordía el labio inferior.

-¿Qué haces? ¿Por qué sonríes tanto? -la voz de mi novia me alteró.

-¿Qué? Eh... Nada. Solo estaba viendo la hora.

-Estamos en el cine. Deja de hablar con ______ por WhatsApp, ¿quieres?

Dijo molesta y volvió a concentrarse en la peli.

• • •

Cuando acabó la peli, nos levantamos de las butacas y bajamos por las escaleras para salir de la sala.

Las chicas fueron delante y nosotros dos, detras suya.

-Tío, Anna se ha enfadado.

-Katia también.

-Me ha visto hablando con ______ y se ha enfadado.

-A mí también.

-¿De qué quería hablarte ______? -dijo extrañado.

-No... De nada...

Evité decírselo. Si ______ me ha dicho solo a mí que fuera a su casa para componer, no se lo iba a decir a Zarcort. No quería que se acoplara de buenas primeras. Si hubiera querido que vayásemos los dos, nos lo hubiera dicho por el grupo de WhatsApp, ¿no?

-¿Y a ti? -tenía curiosidad.

-De nada tampoco -dijo muy normal.

Salimos del centro comercial (en el que se encontraba el cine) y acompañamos a las chicas a sus casas. Ellas seguían de brazos cruzados e ignorándonos. Pero, esta vez, Zarcort y yo nos adelantamos y fuimos andando con ellas, de la misma manera en la que estábamos en el cine. O sea: yo, Katia, Anna y Zarcort; de izquierda a derecha. Eso sí, ninguno de los cuatro pronunciaba palabra.

-¿Es que no vais a decir nada? -rompió, al fin, el silencio Anna. Estaba enfadada. El tono en el que hablaba lo decía todo.

-¿Y qué quieres que te digamos? -respondió Zarcort.

-Hum... No sé... ¿Explicarnos qué hay entre esa zorra de ______ y vosotros, por ejemplo? -dijo Katia con sarcasmo.

-¡Eh, eh! No llames así a ______, lo primero -salté yo-. Y lo segundo: ¿qué va a haber? Tan solo nos pedimos los números el otro día para conocernos y componer algunos temas juntos. Nada más.

-Ah, ¿sí? ¿Y esas sonrisitas en el cine? -intervino Anna.

-¿Es que ahora no podemos hablar con otras chicas que no seáis vosotras? -saltó Zarcort.

-No es porque no podáis hablar, Zarcort. Es por la forma en la que os habláis -habló mi novia.

-¡No hay ninguna forma! Yo siempre sonrío cuando hablo con amigos por WhatsApp. Y Zarcort también. Es costumbre.

-Ya y... ¿en la fiesta? Esos abracitos... Esos besitos... Esas sonrisitas... -esta vez, habló Anna.

-Cualquiera dice que estáis celosas -le contestó su novio.

-¡Pues claro que lo estamos! Pasáis de nosotras como de la mierda. Que si: "hemos quedado con ______", que si: "qué bien me cae ______"... -intervino Katia.

-Parece ser que ahora no puedo tener una vida normal sin que la pesada de mi novia me esté condicionando continuamente.

Katia se giró y me dio un bofetón en la mejilla izquierda. Me inmovilicé y giré la cabeza debido al impacto. Toqué mi mejilla. Picaba y estaba ardiendo.

Katia aceleró el paso y se fue.

-Gilipollas -le masculló Anna a Zarcort y persiguió a mi novia.

-¡Joder!

Zarcort tiró al suelo, con impotencia, la lata de refresco que llevaba.

• • •

Llegamos a casa, algo cansados.

Horneamos una pizza sabor barbacoa unos diez minutos y cuando estuvo lista, nos la llevamos al salón.

Nos sentamos en el sofá y encendimos la tele.

-¿Quieres? -le ofrecí un trozo de pizza a mi amigo.

-No tengo hambre -respondió serio.

-Venga tío, es de barbacoa. Tu favorita.

-No tengo hambre -repitió.

-Oye, Anna y Katia solo se han enfadado. Se les pasará. No la pagues con la pizza. Está deseando que te la comas.

Le tendí el trozo de pizza con cara de "será mejor que te la comas". Zarcort miró la porción y después a mí. Finalmente, aceptó.

-No sé qué haría sin ti -dijo.

-Ya lo sé, ya lo sé. No hace falta que digas que soy el mejor. Ya lo sé.

Zarcort y yo reímos.

© La chica de los RapPlays ↪Kronno & ZarcortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora