—Yo... No...— el castaño no podía pronunciar ninguna palabra. Estaba completamente nervioso y aturdido, pues todos lo miraban en silencio, esperando con impaciencia su respuesta. Pensó en negarse, porque para él Bill era un completo desconocido. No sabía su nombre completo y era la primera vez que lo veía en toda su vida ¿Cómo podría aceptar una relación con una persona desconocida? Por otro lado, había algo en su interior que le decía que dijera que sí. No sabía que era, pero esa pequeña vocecita le recordó que Bill le ha demostrado que lo quiere —A su manera, claro —, pues le dejaba mensajes todas las mañanas deseándole buenos días o en las noches deseándole dulces sueños. Aparte, lo conocía mejor que muchas personas que eran "cercanas" a él. Bill sabía sus gustos, disgustos y hasta de la extraña marca de su frente —de la cual solo su familia sabía—.
¿Qué debía hacer? ¿Hacerle caso a la razón o dejarse llevar por su corazón?
—Bill, yo... Yo no puedo...— las palabras salían entrecortadas e inseguras, casi en un susurro. No estaba muy seguro de su respuesta, pero pensó que lo mejor sería rechazarlo. ¿Por qué aceptar a un desconocido en tu corazón? ¿Era mejor evitar el dolor futuro, no?
Al escucharlo, la sonrisa de Bill se borró, junto con la de todos los demás, haciendo que Dipper se pusiera más nervioso y le dieran ganas de dejar todo eso e irse corriendo, cambiar de número, de casa y vivir en alguna residencia en el bosque o algo parecido.
—¿Entonces tu respuesta es un... No?— Dipper pensó que su corazón se rompería cuando vio la cara de Bill. Sus ojos llenos de tristeza y su actitud risueña esfumandose lentamente. ¿Qué había hecho?
—Yo...— un grito de frustración cortó el incomodo momento. El castaño volteó a ver de donde provino el sonido y vio a su hermana, completamente enojada.—¿Mabel?
—¡Basta ya, Dipper! ¡¿Por qué demonios no aceptas?! ¡Él te hará feliz y lo sabes! ¡No la cagues y acepta!— el castaño se sorprendió por las palabras de su hermana. Ella nunca decía malas palabras, a menos de que estuviera realmente furiosa.
—Mabel, yo... Yo no puedo aceptar. No lo conozco. Es un desconocido para mi ¡Ni siquiera se su nombre completo! ¿Por qué debería aceptar?
—¿Qué acaso no te ha demostrado lo mucho que te conoce y quiere? ¡Acepta!
—¡Tú no puedes obligarme a aceptarlo, Mabel! Sí, me ha demostrado que me quiere y que me conoce ¡Pero yo no a él! ¡Lo acabo de ver por primera vez!— el menor de los gemelos apretó los puños ¿Por qué siempre era él el que quedaba como el malo del cuento? No era su culpa ser tan desconfiando.—Esto no es un cuento de hadas, Mabel. No porque él venga y me diga que me ama yo caeré en sus brazos como una damisela enamorada. No lo conozco, no se nada de él ¡¿Cómo quieres que lo acepte?!
Todos guardaron silencio. Una parte de las personas que se encontraban ahí le daban la razón al castaño. ¿Cómo podías aceptar ser novio de alguien que apenas acabas de ver? Eso sería algo ilógico. Hasta Bill le daba la razón. Puede que le doliera, pero era verdad. ¿Cómo fue que llegó a pensar que el castaño aceptaría solo porque sí? Se sentía realmente estúpido. Pero así era él, estúpido e impulsivo.
Por otro lado, la otra mitad estaban con Mabel. ¿Por qué no aceptarlo? Alguien que hizo una sorpresa tan grande, elaborada para declararse y confesarle sus sentimientos valía mucho, ¿no?
—Dipper, solo dale una oportunidad. Todos sabemos que te hará feliz. Muchos aquí desearian poder tener tu suerte y tener alguien así para ellos.
—Pero ese no es el caso, Mabel. No es si aceptarlo o no ¡Es de conocerlo!— Dipper volteó a ver al rubio, quien lo miraba con vergüenza y tristeza. El castaño suavizó su gesto, apenado.—Bill... Disculpame por no poder aceptar, pero debes entender que yo no te conozco y no podría ser novio de un desconocido. Perdón.
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《Mensajes indecentes《 [Billdip]
FanfictionDipper ha comenzado a recibir mensajes "indecentes" de un número desconocido. 《No sabes cuanto anhelo poder enterrarme por completo en tu cuerpo, Pino.》 《¡Deja de hablarme, idiota!》 ¡Yaoi! (HombrexHombre) si no te gusta, no lo leas. ©Todos los der...