Al día siguiente el dueño de la "Carpintería y confección de ataúdes de Rueda e hijos" llevaba al señor Unzueta una factura:
"El señor N.Unzueta a Rueda e hijos... Debe... Por un ataúd de roble... soles 18.70"
-Pero si no era de roble- arguyó Unzueta. Era de sauce...
-Es cierto -repuso la firma comercial "Rueda e hijos"- es cierto pero entonces ponga usted sauce en su discurso... y borre el duro roble...
-Sería una lástima -dijo Unzueta pagando- sería una lástima; habría que quitar toda la frase: "al ciudadano integérrimo que en este ataúd de duro roble"... Y eso ha quedado muy bien, lo digo sin modestia: ¿No es verdad Rueda?
-Cierto, señor alcalde -respondió la voz comercial "Rueda e hijos".Fin.
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Hebaristo , el sauce que murió de amor ( Abraham Valdelomar )
Short StoryLa historia narra la vida paralela de Hebaristo el sauce y Evaristo el farmacéutico.