Último día de entrenamiento antes de la gran carrera de Amberle, no estaba segura de cómo nos iba a ir porque la princesa a la hora de aprender lecciones no es que fuera muy buena que digamos. De cabeza era lenta pero sus movimientos eran rápidos.
Había quedado por la mañana para esta vez ser yo la entrenada por Atom, quería aprender a defenderme más a largas distancias y él era nuestro mejor artillero por lo que requerí de su ayuda en este caso.
Me levanté de la cama acercándome hasta uno de los espejos de la cabaña, levantando mi camiseta para ver que el efecto del mejunje había funcionado, la herida estaba en costra y había logrado no infectarse.
-Toc, toc. ¿Estás lista para el durísimo entrenamiento que te espera?
Escuché la voz de Atom y bajé la camiseta al instante, tampoco quería que empezara a hacer preguntas o se preocupara sin más. Me giré hacia él viendo que ya venía preparado con la ballesta y varias flechas.
-Todavía ni he desayunado... -Comenté cruzándome de brazos. La noche anterior no había cenado por lo que ahora iba con el estómago vacío y tenía bastante hambre.-
-No te preocupes, llevo algo de almuerzo. ¿No te olvidas la chaqueta?
No, no me la olvidaba porque ya la había perdido junto a Amberle y era su chaqueta. En numerosas ocasiones le había dicho que me encantaba hasta que un día me la regaló y desde que lo hizo usualmente me la ponía y que no lo hiciera ahora podía sonarle algo extraño.
-Hace mucho calor Atom, todavía estoy pensándome si ir o no medio desnuda. –Desvié su atención con una de mis frases que a todo hombre hacía efecto, eran demasiado fáciles.-
-Y yo no me opondría a ello... -Una sonrisa resplandeciente se formó en su rostro, como si la idea sola le pusiera contento.-
Salimos de la cabaña pero nos quedamos en el recinto de la aldea, llegando hasta el puesto de las dianas que estaba detrás del de los maniquís.
Al haberme despertado tarde había conseguido tener el tiempo más reducido antes del entrenamiento con Amberle, además de que la mayoría de Rovers se encontraban entrenando a la vez que yo misma lo hacía.
-Empezaremos con un punto de apoyo sobre este poste de madera. Pones la ballesta encima hasta sentirte cómoda con ella sin necesidad de hacer ningún esfuerzo, únicamente apuntar y disparar.
Coloqué la ballesta como había dicho, teniendo el dedo índice de la mano izquierda sobre el gatillo mientras que con la derecha mantenía la puntería.
La primera flecha ni rozó la diana. Realmente era mala en esto de las distancias.
Retiré uno de mis mechones de pelo sobre la oreja, apuntando de nuevo hacia el centro de la diana.
El segundo disparo consiguió clavar la fecha pero nada cerca del centro ni de la zona a la que había apuntado.
-Creo que deberías dedicarte más a limpiar nuestros restos de suciedad, señorita.- Uno de los hombres de mi padre estaba entrenando al lado mía, justo al pronunciar esas palabras clavó la flecha sobre el centro de la diana, haciéndose valer.-
-Y yo creo que nadie ha pedido tu opinión, pero lo mío es más de ataque cuerpo a cuerpo. ¿Quieres comprobarlo, gordinflón? -Elevé ambas cejas agachándome para coger una de las dagas que tenía guardada sobre mi tobillo, apuntando hacia la diana del hombre hasta lanzarla con fuerza y clavarla al lado de su propia flecha.- He acabado por hoy.
Fui para retirar la daga de la diana, estaba segura de que ahora no se atrevería a lanzar ninguna flecha porque siempre había conseguido imponer el suficiente respeto como para que no me trataran como una simple humana más. Cuando me retaban sabían que no me resistiría a cumplir con lo requerido. Dejé a Atom plantado allí mismo, quizás se enfadaría por ello pero había prometido a la princesa que llegaría antes y así sería.[...]
Por suerte había llegado esta vez la primera y era yo quien tendría que esperar esta vez. Aproveché mientras venía a buscar la chaqueta de Atom, estuve hasta mirando por los arbustos pero nada había desaparecido hasta que vi a Amberle aparecer junto a ella teniéndola puesta encima.
-Ya, ya, ya lo sé; no me queda tan bien como a ti. –Se quitó la chaqueta para dejarla sobre la que podría decirse que era nuestra roca porque prácticamente todos nuestros encuentros habían sido presenciados por ese material.-
-¿Eso ha sido un halago? ¿Estás enferma o de buen humor? –Sonreí repasando el contorno de mis labios con la lengua, viendo como la princesa se había percatado de ese movimiento.-
-Comencemos, hoy tenemos poco tiempo y esta noche es el gran momento. –Había traído un pañuelo distinto, esta vez era de tono azul. Antes de que pudiera darme cuenta estaba más que preparada en su posición.-
Parecía que había venido con una mentalidad distinta a la de ayer, estaba más que concentrada pero esta vez se había colocado mal, de espaldas a mí. No iba a decirle nada sobre su error así que como ayer, fui corriendo hacia ella pero esta vez iría por el lado contrario.
Antes de que pudiera arrastrarme por el suelo la princesa de espaldas a mí había conseguido agarrarme y haciéndome la zancadilla caí contra la tierra. Rasqué mi nuca levantándome mientras ella se bajaba el pañuelo para ver si había cumplido con el propósito de no hacerme pasar.
-¿Has estado entrenando, verdad? –Murmuré sorprendida, agarrando la mano que me había tendido para ayudarme a levantarme.- Está bien, una vez más.
Cuando iba a colocarse el pañuelo de nuevo negué con la cabeza, tenía que ser una pelea cuerpo a cuerpo de forma justa. El primer golpe fue directamente hacia su costado, haciendo que encogiera su cuerpo retrocediendo varios pasos, si pensaba que iba a ser clemente no tenía ni idea. Cuando di un paso para acercarme ella me golpeó en la cadera, dándome después una patada sobre el estómago que me hizo caer contra el suelo en un duro golpe.
La princesa se tiró encima, apoyando sus manos sobre mis muñecas sin hacer demasiada presión por lo que me facilitó que en pocos segundos después le diera la vuelta al asunto quedando yo encima de ella. Con mis manos seguí el recorrido de sus brazos hasta entrelazar mis dedos con los suyos, haciendo Amberle un intento de levantar sus manos impuse presión sobre ellas hasta ponerlas de nuevo contra el suelo.
-Creo que estás preparada. –Le comuniqué retirando mis manos hasta levantarme y tirar de ella para ayudarla a que también lo hiciera.
-Eretria, quiero que estés allí, al final de la carrera para cuando termine. –Sacudió su cuerpo mientras hablaba, siendo consciente de que por su tono de voz parecía más nerviosa de lo normal.-
-Me echarán de menos en la fiesta que tienen hoy preparada en mi aldea pero la verdad es que nunca he sido de juergas.
Resté importancia al asunto porque la situación estaba siendo ya incómoda de por sí.
Amberle había traído algo de ropa del palacio para que pasara desapercibida aunque yo más creía que era la ropa que todos iban a usar en ese evento pero tampoco me iba a quejar, quizás recibiría algo más de ganancias y cumplía con los deseos de la princesa.Mientras caminábamos hacia la zona de la carrera me contó qué tendría que hacer exactamente cuando llegara, si lo hacía entre los primeros porque también existía la posibilidad de que muriera ahí mismo. Aunque seamos sinceros, ninguno de estos principitos de orejas puntiagudas dejaría morir a alguien de la realeza. Ese era mi pensamiento, al igual que estaba en parte orgullosa porque era la primera mujer que se presentaba, al fin y al cabo teníamos algo en común, podría decirse que cada una estaba a gusto en su hábitat; una en el bosque y la otra en el palacio.
Cada cosa nueva que me contaba sobre la competición mi pensamiento aumentaba con respecto a ser un suicidio. A decir verdad, durante varios segundos pensé en pararla pero recordé que para Amberle sí valía la pena correr el riesgo de perder la vida por formar parte de ese ''círculo''. ¿Acaso me estaba preocupando por ella? ¿Realmente me importaba...?
Sacudí la cabeza intentando borrar aquella idea de mi cabeza pero no lo conseguí, más bien pasó lo contrario porque justo habíamos llegado al inicio dónde se encontraban los demás participantes.
Analicé con la mirada cada elfo que iba a competir, todos eran robustos por lo que Amberle lo tendría difícil.Uno de los chicos se acercó a la princesa y tras preocuparse por su participación volvió a su puesto. Por lo que pude escuchar al estar al lado ella parecía su novio, y más por los comentarios de la chica rubia que terminó de atar el pañuelo a su cabeza.
Me acerqué por detrás para susurrarle los últimos consejos antes de ponerme en mi posición al final de la meta.
-Son muy grandes a diferencia mía, tendrás que tener en cuenta el espacio a la hora del recorrido, irán la mayoría con prisas, son hombres por lo cual poca astucia tienen, en cambio tú debes ir a tu ritmo, ni muy rápido ni muy despacio.- Apoyé mi mano sobre su hombro y presioné mis dedos en forma de despedida terminando por decir.- No me decepciones, princesa.
Al separarme de ella fui hasta el final del recorrido junto a los otros elfos que tenían de apoyo los competidores, por suerte para mí no me reconocerían, Amberle se había encargado personalmente de ello con una túnica gris junto con una capucha que cubría mi aspecto de Rover y de esta forma me asemejaba más a alguien del palacio.{Bumm} La carrera ya había comenzado.
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''Into the woods; Into the palace''. [PRINCESS ROVER]
FanfictionEsta historia se remonta a siglos adelantados en la actualidad. Os estaréis preguntando: ¿qué ha sido de la existencia humana?, ¿cuánto habrá avanzado la tecnología?. Pero sobre todo, ¿cuáles son las criaturas que habitan ahora nuestro mundo? Sobre...