9- Reconquista

2K 30 1
                                    

Hola querido diario. Pues mira, hoy todo lo que te tengo que contar es sobre Sebastián. Al final no quedamos ese fin de semana, si no que tuvimos que esperar unas semanas.
Lo bueno es que las marcas de mi mano de cuando golpeé a Amalia, que por cierto, vino a disculparse y aunque me costó un poco, la acabé perdonando. Ahora está siempre detrás mía pero no puedo confiar en ella. Eloy y Andrik ni me miran. Kellog sigue con su novia como si nada y la verdad que ella me da mucha pena.
Me estaba preparando para quedar con Sebastián. Me había puesto unos leggins, los más ajustados que tenía. Me ponía la ropa bailando al ritmo de Farruko.
Salí de mi casa y me dirigí a su coche que estaba aparcado en la esquina de la calle.
Cuando entré a su coche estuvimos hablando un rato de como nos iba la vida.
Pronto empezó a llover. La verdad que no se notaba que hubiera pasado más de un año desde que sucedió todo. La relación no se había enfriado nada. Él seguía haciendome reír y yo seguía volviendole loco.
-¿Y por qué pegaste a esa chica cuando fui a por ti?
-Es una falsa.
-La verdad, no te recordaba tan agresiva. Alcóholica, drogada, y ahora también problemática.
-No vaciles -dije entre una sonrisa.
-Sé que no eres nada de eso.
-Pues ya está.
-Un poco puta me han contado.
Parpadeé muy de seguido mientras pensaba.
-¿Quién?
-¿Recuerdas carnaval?
-Ah... Si, bueno, más o menos.
-Pues los chavales del chiringo.
Suspiré. Pensaba que sabía lo de su hermano y la verdad que me alegró mucho que no lo supiera.
-¿Nadie más? -quise confirmar.
-No, ¿por?
-Oye, ¿y por qué el día que viniste al instituto y viste la pelea, me dijiste que venías a darme una sorpresa?
-Porque esa era mi intención.
-¿Qué era?
-Yo.
-Ah -reí- vale, pensaba que sería algo material.
-En parte.
-¿Cómo?
-Mi corazón.
-¿De qué me hablas?
Me miró muy seriamente.
-Ruth, inexplicablemente me hiciste sentir cosas cuando estuvimos. Realmente yo no me di cuenta y como ya sabes...
-Me usaste para un polvo -le interrumpí aclarando la situación.
-Pero, con el tiempo me he dado cuenta de que eras tú. Tú dabas luz a mis días y joe... No sé qué hacer para enamorarte de nuevo.
Mi cara expresaba desorientación. Me había perdido completamente. ¿Desde cuando? Mi corazón latía muy rápido, tan rápido que notaba como se me iba a salir de pecho. Respiré.
-Sebastián, yo...
-Te quiero, Ruth.
No parecía estar mintiendo. Su mirada me lo confirmó.
Yo moría por saltar hacia él y besarle. Él decía que no sabía como enamorarme, pero su problema es que yo ya lo estaba. Lo estoy desde que le conocí.
Se me empezaron a caer las lágrimas.
-Esto me ha impactado demasiado.
-Lo entiendo, pero entiendeme tú también a mi.
-¿Acaso me quieres porque crees que no me puedes tener?
-Claro que no. Te quiero porque desde que llegaste a mi vida no he podido mirar a ninguna otra mujer igual. Porque mi corazón sólo da un vuelco cuando huelo tu colonia. Porque hasta el aire me sabe a ti.
-Para.
No podía seguir oyendo todo eso. Mis lágrimas ya estaban haciendo varios circuitos en mi cara en los que todos terminaban estrellados en mi barbilla. Sus ojos empezaron a iluminarse. Ya no sabía si era porque se estaba aguantando las lágrimas o porque mi corazón me estaba diciendo que era el indicado.
Me acordé del consejo de Paco y dudé. Me agobié y me encendí un cigarro. El humo todavía me agobiaba más pero podía pensar con más claridad. De pronto me acerqué a él sin dudarlo y a punto de besarle, retrocedí cuando oí mi móvil.
Lo cogí y vi su nombre.
Andrik.
-¿Si?
Nadie me contestaba.
-¿Estás ahí? -volví a insistir.
-Ruth.
-Dime.
-Tengo que hablar contigo.
-¿De qué?
-Siento lo del otro día.
No sabía que estaba pasando. Parecía que se habían aliado para volverme loca.
-No te preocupes.
-Ya hablamos... -colgó.
De prontó lo supe. No me quería cerrar, y menos con Sebastián.
-¿Quién era?
-Lo siento. No es correspondido.
-¿Qué?
-No te quiero. Ya no. Ahora miro por mi. Encontraré alguien mejor que tú.
Sé que fui muy dura. Pero necesitaba serlo. Me acercó a mi casa mientras intentaba convencerme aunque yo seguía negando mis sentimientos.
Nos despedimos como dos conocidos y ya está. En esta semana no he vuelto a saber nada de él y mejor. Aunque Andrik me tiene intrigada.
Y eso es todo, querido diario.

Memorias De Una ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora