Día 43 (madrugada)

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—No me jodas, ¡esto es genial! —Rowan exclamó al entrar al hotel.

Había ido a muchos hoteles de lujo y a pesar de que aquel no sea la gran cosa, a ella le pareció fascinante.

—Aunque dudo que aquí podamos hacer algo. —acotó— Podríamos ir a un bar o un club de strippers... Uh la última opción me gusta.

—Dios Santo, Rowan. —él la miró extrañado— ¿Te sientes bien?

—¡Por supuesto que estoy bien! —exclamó como si fuera obvio— ¿Por qué lo dices?

—Porque estás alterada y, ¿club de strippers? ¿en serio?

Ella rió.

—Oh vamos, como si tú nunca hubieses ido a uno y estoy segura que fue más de una vez. —Michael la miró con las cejas levantadas y la boca cerrada.

—Bueno... —alargó la última letra.

—Viste, ya lo sabía. —Rowan chasqueó la lengua— No sé, cuando venga Julieta arreglamos bien.

—¿Va a tardar mucho? —Michael le preguntó con las manos en las caderas.

Habían llegado al hotel hacía unos quince minutos y mientras estaban en el taxi, Rowan llamó a su mejor amiga para contarle sobre su plan. No dio detalles de nada, solo dijo que estaba con un amigo e iban a salir los tres. A ella no le cabía ninguna duda que la rubia iba a llegar tan pronto como pudiera, cada vez que escucha la palabra "fiesta" es como reactivarle el cerebro. Incluso Rowan pensó que cuando estaban hablando, Julieta ya se había cambiado para salir, siempre era un flash en esas cosas.

—No, solo lo que tarde en llegar hasta aquí. —la joven respondió— Vas a ver que está enchufada a la dos veinte todo el bendito día.

—¿No crees que es un poco arriesgado salir en Nueva York solos a las doce de la noche? —a Michael todavía no le terminaba de cerrar el tema.

—Puede que sí pero es como en todos lados. —se encogió de hombros— Solo hay que tener un poco de cuidado, no hacerle caso a los extraños y si te piden la hora, salir a correr.

Michael enarcó las cejas.

—Como sea —ella continuó hablando—, salí muchas veces antes sola de noche y nunca me pasó nada.

—Bueno, si tú dices que estamos bien...

—Ya deja de hacerte el bebé marica. —lo interrumpió. El tono de voz que él estaba utilizando estaba comenzando a irritarla— Eres un hombre que le gusta la fiesta y la vida loca, no te vengas a hacer el buenito y responsable solo porque estás conmigo.

—Es que soy buenito y responsable. —esta vez lo dijo utilizando un tono de voz más sarcástico.

—De seguro que lo eres, mucho más cuando corres desnudo cantando la canción de la publicidad de Huggies.

Michael la miró con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo diablos sabes eso? —no era un acontecimiento que quisiera recordar y mucho menos que los demás lo sepan.

—Calum me lo contó. —sonrió de lado— Encima me contó que fue hace un poco más de un año, bastante grandecito el nene.

—¡Hey! —intervino— Estaba muy ebrio y además... —se trabó con sus propias palabras.

—Ya lo sé, el alcohol solito no te hace hacer esas cosas. —Rowan le dijo en voz baja cerca de su oreja— Necesito a ese chico en este momento, podrías responsabilizarte mañana.

Billie {Michael Clifford}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora