Sucesos inesperados

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Me llamo Daniel Regim, soy un oso, tengo 18 años y vivo con mis padres y mi hermano, nos acabamos de mudar a un edificio en el centro de la ciudad ya que a mi padre le queda más cerca el trabajo, yo ya he terminado la escuela, estoy indeciso entre seguir estudiando en la universidad o meterme a trabajar cerca de casa, mis amigos de la escuela siguieron estudiando, algunos dejaron de estudiar y trabajaron, pero algunos, así como yo, decidimos esperar un tiempo en lo que pensábamos que hacer, a pesar de que algunos chicos y yo éramos buenos amigos, dejamos de hablarnos en cuanto dejamos de asistir a la preparatoria, no sé, tal vez no era el mejor socializando pero hacía lo que podía.

Me encontraba en mi cuarto recostado escuchando música en mi estéreo, "revolution" de la banda "pennywise" se escuchaba cuando mi padre entró y me dijo que iba a salir con mi madre, "no podremos recoger a tu hermano, así por favor, pasa por el cuándo salga de la escuela" me dijeron.

Eran casi las dos de la tarde, era hora de ir por él, me vestí y Salí de la casa para recogerlo, la escuela no estaba tan retirada del edificio donde vivía, solo estaba a unas cinco calles, así que me puse mis audífonos y comencé a caminar hacia la escuela, había muchas personas caminando, también demasiados autos yendo de ahí para allá, gente en bicicletas, en ese lugar siempre esta lleno de personas, veía a vendedores anunciando sus productos mientras caminaba, a otras más dando muestras de comida, barriendo o trabajando y otras más simplemente caminando.

Me acerqué a la entrada de la escuela y mire a mi hermano, se llama Demian, es un oso muy risueño, le gusta vivir feliz la vida, sin embargo le cuesta mucho hacer amigos, su pasatiempo favorito es la fotografía, no va a ninguna parte sin su cámara, aún recuerdo que cuando fuimos a visitar a un familiar... no paraba de sacar fotos.

Estaba sentado en un escalón de la entrada, a un lado de la puerta, estaba mirando el cielo cuando lo vi.

Cuando me acerqué me miro y sonrió, se levantó sacudiendo su pantalón.

- Qué bueno que estas aquí Daniel- decía emocionado al verme.

- ¿Llevas mucho tiempo esperándome?- le dije sonriendo.

- Nah, solo un par de minutos- me decía mientras guardaba su cámara que colgaba de su cuello en su mochila.

Siempre estaba muy feliz, como si no tuviera problemas, siempre sonriendo, me pregunto cómo es tan feliz.

- Bueno, hora de irnos.- le dije mientras caminábamos de regreso.

Cuando íbamos de regreso pasamos por un puesto donde venden conos de helado, pude notar como Demian se les quedaba viendo fijamente.

- Oye... ¿qué tal si compramos un helado?- le dije mientras le acariciaba la cabeza.

- ¡Eso sería Genial!

Caminamos hacia el puesto, era un local con mesas, donde podías ver un parque que estaba al frente, al otro lado de la calle.

- Bienvenidos a helados freski, ¿puedo tomar su orden? –dijo un tigre detrás del mostrador.

- ¿De qué vas a querer tu helado Demian?

- quiero un cono de fresa.

- Muy bien, entonces un cono de fresa ¿y para usted?- respondió el tigre.

- Yo quiero un agua de frutas por favor.

- Muy bien, si quieren pueden tomar asiento y enseguida se los llevo.

- Está bien- le respondí al tigre que nos atendió.

Nos sentamos y Demian se puso a observar el parque, yo simplemente pensaba en un juego que no podía resolver, pero decidí preguntarle a Demian como le fue en la escuela, ya que casi no hablábamos.

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