3
De vuelta a la ciudad.
Nuevamente junto con el cansancio el día termino, el sol se ocultó y la luna se dio a conocer. Pero el hambre y la sed se habían perdido horas atrás y por lo visto no pensaban regresar pronto.
Me orille, apague el automóvil y voltee a ver nuevamente a Kelly, quien lloraba a secas pues las lágrimas se le habían terminado, los ojos, a falta de lubricación se le veían secos y las venas le resaltaban bastante, como si se le fuesen a salir de orbita.
— Oye, ya deja de llorar, no tiene caso que continúes con el sufrimiento. — Le susurre al oído luego de abrazarle.
— Lo…intento…de verdad.
— Todo está bien, yo voy a protegerte, te lo prometo. Pero antes, tengo que ir a la ciudad.
— ¡John! Sabes que ya debe estar hecha un desastre. O ¿acaso no viste todo el panorama que nos ofreció este recorrido en auto por los alrededores de lo que sea que quede de esta porquería?
— Tengo que ir a buscar a una chica que conozco. Quizá siga con vida.
— Luces cansado, John. Deberíamos dormir un rato y continuar por la mañana.
Tenía toda la razón, no iba a llegar lejos con el sueño que cada minuto me pesaba más, por lo que baje un poco el asiento, trabe las puertas y cerré los ojos hasta quedarme inmersamente dormido. Lo cual se vio interrumpido a mitad de la madrugada, por alguna especie de criatura que gritaba tan fuerte, que hacia vibrar todo objeto hueco.
¿Qué era? ¿Estaba cerca de nosotros? Me levante para tratar de buscarle en las cercanías del lugar desde el interior de nuestro único escudo con el que contábamos.
— John, estoy asustada, ese ruido, que aún continua surgiendo, me ha despertado de golpe. — Dijo Kelly en un tono bastante bajo.
— Tranquila, tú vuelve a dormir.
— y ¿Qué harás tú?
— ¡Cuidarte! Qué más.
Gracias a dios me hizo caso y se volvió a quedar dormida, como si hubiese sido una pesadilla que le ha despertado. Mientras que yo me quede despierto durante un par de horas más, solo hasta que esos gritos tan salvajes desaparecieron.
“ Un pequeño descanso” Decía mi madre cuando no dormías ni cuatro horas.
No me había desvelado de esa forma desde que salí del colegio. Se sentía como si hubiese descansado unos cuantos minutos, pero no era así. Ya había amanecido y Kelly seguía durmiendo. Por lo que acerque mi mano hasta su tibio rostro para intentar despertarle y vaya que funciono.
Se sentó y me soltó una cachetada justo en el pómulo izquierdo sin motivo alguno (Quizá la asuste al tocarla de esa forma) y creo que de inmediato se dio cuenta de que se trataba de mí y no de algún pervertido.
— ¡Perdóname John! No fue mi intención. — Dijo Kelly avergonzadamente, tratando de disculparse. Lo que al final de cuentas termine aceptando, puesto que yo tuve la culpa al acercarme de esa forma y pegarle un susto enorme.
Debí imaginarme que terminaría abofeteado por tal idiotez.
— Oye ¿no tienes hambre? — Pregunte.
— Claro, deberíamos detenernos en la primera estación de servicio que veamos.
Encendí el automóvil y comenzamos a movernos en busca de gasolina y comida.