5
No hay lugar seguro
En cuanto Kelly termino de hablar con Wendy, retomamos nuevamente el camino.
Pero fui obligado a detenerme en la gasolinera más cercana. Quería atestar de combustible el tanque casi vacío. El lugar era un desierto, no había señal de vida por ningún sitio. Para suerte nuestra, la estación de servicio estaba pegada a un mini centro comercial y mientras yo cargaba combustible, las chicas decidieron ir en busca de refrigerios. En cuanto termine, ingrese a la tienda en busca de unos cigarrillos.
Al entrar, inmediatamente puede ver a las chicas rellenando un par de bolsas con comida y agua. Al igual que ellas tome unas cuantas y comencé a tomar cosas de mi agrado, comenzando con un par de botellas de alcohol, cajetillas de cigarros y un par de encendedores. Luego de ello fui directo a la zona en donde se situaba la ropa tanto de mujer como de hombre. Decidí adueñarme de algunas.
Teníamos lo necesario, por lo que regresamos nuevamente al automóvil. Colocamos los suministros en los asientos traseros y comenzamos a movernos nuevamente.
Luego de varias horas encontramos cerca del camino, una entrada que iba directo a una granja, la cual parecía abandonada. Estaba obscureciendo. Aquel sitio parecía seguro para pasar la noche, por lo que decidí detenerme de inmediato.
En cuanto llegamos, abrí la puerta y aquella hermosa casa de madera, parecía impecable, como si la hubiesen limpiado antes de huir, así que llame a las muchachas para que entrasen junto con las cosas.
Me dirigí a la planta alta. Lo primero que note fue que solo había una cama, de tamaño matrimonial, al parecer este sitio era de alguien recién casado.
Lo único lindo de esa planta era aquel lujoso tocador, el cual tenía un enorme jacuzzi. Baje nuevamente con Kelly y Wendy, para bloquear las puertas, pero ya se me habían adelantado por completo.
Se encontraban sentadas en aquel sofá color marrón, con un par de vinos que estaban colocados en aquella rustica mesa de centro. Ya frente a ellas, me ofrecí para servir los tragos y mientras destapaba la botella, ellas sostenían sus recipientes y una vez que logre quitar el corcho, comencé a llenar los mismos.
En un par de horas, ya habíamos consumido casi todo el licor que teníamos a nuestra disposición y nuestras conversaciones eran cada vez más vulgares y carentes de sentido.
Luego de un rato, comencé a sentirme mal, por lo que decidí levantarme para tomar una ducha pero cada vez que trataba de avanzar, Kelly me hacía retroceder a base de jaloneos.
— ¡Suéltame Kelly! — Dije con tono de desesperación.
— ¿Por qué?, ¿A dónde vas sin nosotras? —
— Me duele la cabeza y quiero ver si con un baño se me quita. —
Al finalizar aquel absurdo interrogatorio por parte de ella, al fin pude lograr que me soltase e inmediatamente subí hasta donde se encontraba la ducha y comencé a desvestirme cuando de pronto escucho a las chicas decir que las esperase.
Y cuando estaba a punto de cerrar la puerta, de un empujón evitaron que lo hiciera. Me puse de pie y tome una toalla, para cubrir mi cuerpo desnudo, pero no fui lo suficientemente rápido, como para evitar ser visto, por lo que comenzaron a reírse al mismo tiempo.
No recuerdo exactamente lo que sucedió esa noche, solo que me vieron desnudo y después, todo se puso borroso e inmediatamente obscuro, como si me hubiese desmayado, al principio pensé que estaba muerto, pero, dentro de esa misma obscuridad, podía escuchar una voz, la cual repetía mi nombre una y otra vez,