Ya solo faltan ocho horas para irme al campamento, fueron unas semanas largas, y bueno, muy agotadoras; ahora estoy en mi cuarto, hace algunos minutos me he levantado de una buena siesta y solo estoy aquí en medio de las cuatro paredes de mi cuarto, pensando en que hoy me iré; aunque bueno, un tanto preocupado por mi abuelo que lo dejaré aquí solo con una prima la cual no conozco, espero que lo cuide tanto como yo, o por lo menos que lo intente.
De un momento a otro mientras me había hundido en mis pensamientos escucho a mi abuelo gritar mi nombre.
— ¡Scott! Baja a desayunar y a recibir a tu prima —dice mi abuelo con un tono poco... fuerte.
No la esperaba tan temprano, pensé que llegaría cuando me fueran a llevar, había planeado pasear y hablar con él, ya que no sé dentro de cuánto tiempo lo veré otra vez, no era fácil para mí desprenderme de él. Puedo sonar niño, pero yo he sido el que siempre ha estado con él desde que llegué aquí, dejo de hacer lo que me gusta por ayudarlo y atenderlo en todo lo que necesita, aunque a veces se moleste porque dice que lo ayudo de más, la verdad es que es un testarudo, pero, como amo ese viejo.
—Voy abuelo, ¡ya bajo! —Grité mientras me encaminaba a la puerta
Bajaba las escalares con un poco de dolor en mis extremidades, la noche anterior había tenido un entrenamiento pre-campamento muy fuerte, los profesores nos trataron como animales, sin exagerar.
—Buenos días —dije en el aire como haciendo que no notaba la presencia de otra persona en la casa.
—Buenos tardes —dice mi abuelo con un tono molesto. Nunca le gustaba que despertara más de las ocho de la mañana, y como eran las nueve, se notaba el disgusto—. Saluda a tu prima y no seas mal educado —dice mirándome a la cara.
—Disculpa, mucho gusto, Scott —respondí dirigiéndome a dar la mano mostrándome sorprendido.
Era una chica alta, pelo largo con poco maquillaje, sencilla se podría decir pero tenía unos hermosos ojos color café como nadie, pero bueno, esa chica era mi prima y yo tampoco tengo un enfoque en una relación ahora.
—Hola, soy Ema, igual —respondió un poco encogida de hombres y sosteniendo aún la mirada
Después me dispongo ir a la cocina, moría de hambre; ayer solo comí pizza, no era algo que me llenara como quería, pero ayer llegué tarde y no me dio tiempo de cocinar, espero encontrar algo bueno.
—En el microondas está tu comida, tómala y siéntate, te voy a decir algo —dijo mi abuelo en un tono serio
Me dirijo al microondas, lo abro y ¿qué creen?... Mi desayuno favorito en primera fila, mi abuelo sí que sabe complacerme.
Me siento en la silla del comedor, tomando mi tenedor, ya pensando en comer cuando...
— ¡Espera!, te dije que buscaras tu comida y te sentaras, tengo que decirte algo —dijo mi abuelo cuando me disponía a devorar la comida—. Saldremos en la tarde antes de irte, tu prima, tú y yo. Espero que no hayas tenido planes con ninguno de tus amigos.
—Me parece bien —respondí mientras pensaba que si era necesario hacer todo lo que hizo solo para decirme eso
Comencé a conversar un poco con mi abuelo y mi prima, mientras me comía mi desayuno. Al terminar, no tenía previsto hacer nada, solo esperar e irme, entonces pensé en descansar un poco escuchando música en mi cuarto, le dije a mi abuelo que iba a subir, que cualquier cosa tocara a la puerta de mi cuarto.
*****
Me encontraba un poco ido si se podría decir, ya me había levantado, solamente pasó una hora desde que me acosté, mi mente no puede descansar, me levanta para pensar en el campamento <<que irónico soy>>. Mientras me pongo a buscar entre mis sabanas el suéter para colocármelo, suena la puerta, y tras ella una voz.
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Más allá de una cancha(Editando)
Teen FictionUn joven de 19 años llamado, Scott Ways; nacido en Los EE.UU, debe mudarse a Francia junto a su abuelo luego de haber perdido a sus padres a la edad de 8 años, en un accidente automovilístico. Desde pequeño siempre ha amado el fútbol y su sueño...