Mientras me levanto un poco ido en mis pensamientos, esos gritos en la puerta y el sentirme muy mareado; vuelve la voz tras la puerta.
—Scott, es la última vez que te llamo, tus compañeros están esperando —dice el profe, un poco exasperado.
En ese momento recuerdo que hoy tenemos práctica nuevamente, a las cuatro, y abro la puerta; me quedo frisado al ver que mis compañeros no van a practicar, más bien, vienen, puedo mirar hacia la ventana y ver que es de noche y todavía me encuentro desubicado, mientras me quedo unos segundos pensando...
—Este grupo para dentro, los demás pueden ir a sus habitaciones, todo está bajo control —dice el profe, un tono calmado a mis compañeros, mientras estos se van murmurando entre sí.
El profesor entra y junto con él todos, y ellos casi ni me miran; Brut todavía no ha llegado, me imagino que se quedó un rato más como es de costumbre, pero bueno, ahora solo escucharé lo que me espera.
—Scott ¿Sabes qué hora es? —Me pregunta el profe mirándome fijamente.
—No profesor, no lo sé —respondo un poco cabizbajo
—Mira a tu derecha
Me dispongo a ver la hora en un reloj de pared, me quedo sin palabra alguna, al darme cuenta que son las siete de la noche, no sé qué me ocurrió, no entiendo por qué me quedé tan... rendido, terminé de comer y me vine a mi cuarto, es lo único que recuerdo.
—Son las siete de la noche, no creas que te vas a quedar aquí —dice el profe con mucha seriedad.
—Profe, es la última vez que pasa, esto tiene una explicación —respondo un poco desconcertado.
—No sé, solo sé que saldrás, y quiero que comiences con una hora trotando. Allá te alcanzo, cámbiate.
Mientras el profesor sale y mis compañeros se cambian, de momento llega Brut, un poco sorprendido.
—Amigo ¿Qué te pasó?, ¿por qué no saliste a practicar?, ¿te ocurre algo?
—No Brut, no me pasa nada, no sé, me siento muy mareado, al parecer le han echado algo a mi comida, no fue normal que durmiera tanto.
—Bueno, solo te digo que te prepares, ahora tendrás un entrenamiento fuerte, no creas que el profe va a dejar de descansar solo para ponerte a patear hacia la portería, o dar pequeños brincos —dice Brut con un tono de preocupación.
—Sí, lo sé. Bueno, me tengo que hacer cargo de mis aptos, aunque no sea toda mi culpa —Digo mientras me termino de atar mis zapatos deportivos.
*****
Al escuchar el silbato del profesor, me pongo a trotar y más que pensar que trotaré una hora, mi mente está en saber qué me pudo haber ocasionado este mareo y dormir tanto; digo tanto porque la verdad no estaba cansado, y pues solo era dormir una o dos horas. Recuerdo quien estaba a mi alrededor en la mesa, y no recuerdo que alguien haya hecho algo raro o con mala intención. De momento recuerdo que cuando me sirvieron el plato de comida quien estaba a mi lado, era el joven que chocó mi hombro al comenzar la práctica, ¿Habrá sido él? Se ha mostrado muy molesto conmigo, y es el único que pienso ahora referente a eso, pero bueno, son solo conclusiones, haré este entrenamiento y estaré más atento.
Mientras troto, veo que una chica en el otro lado de la cancha comienza a trotar también, quedo un poco distraído al ver su pelo largo, verdaderamente muy largo, y este es agarrado por un lazo, lo cual se le ve bien, y sin obviar su hermoso rostro, Mujer hermosa y sin duda le gusta el fútbol ¿Será perfecta?
Yo sigo trotando un poco agotado y comienzo a caminar un poco.
— ¡No bajes el ritmo! O ¿Quieres seguir durmiendo? —Grita el profe.
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Más allá de una cancha(Editando)
Teen FictionUn joven de 19 años llamado, Scott Ways; nacido en Los EE.UU, debe mudarse a Francia junto a su abuelo luego de haber perdido a sus padres a la edad de 8 años, en un accidente automovilístico. Desde pequeño siempre ha amado el fútbol y su sueño...