Hola a todos los lectores, gracias por su espera y comprensión. Disculpen la tardanza del tercer capítulo, lo que pasa es que no tenía internet, y se me había complicado publicar, pero ya comenzaré a publicar normalmente.
Los días que publicaré serán todos los sábados, espero le guste la historia la cual apenas va comenzando, quiero que primero conozcan a cada personaje, ya vendrá lo mejor de esta historia, esperen un poco.
Me despido, espero que les guste el capítulo y recuerden votar y compartir.
"Saludos a todos"
*****
Ya me he levantado hace algunos minutos, despierto a Brut, el cual todavía se encuentra envuelto en sus sabanas. Son exactamente las cinco en punto de la madrugada, ya algunos se están alistando, mientras que otros, como mi amigo Brut, ni se han levantado, le doy un golpe para que se pare y este se levanta bostezando.
—Buenos días amigo —dice Brut mientras mira a su alrededor para saber dónde está—. Me vuelves a golpear así y...
— ¡Les quedan veinte minutos para salir! —dice nuestro entrenador tras la puerta y todos se apuran
—Te salvó la campana —dice Brut y me guiña un ojo.
Mientras espero que comience nuestro primer entrenamiento, me dispongo a hacer una oración dándole las gracias a Dios pidiendo que sea él, el que me dirija y me ayude a actuar con mucha serenidad. Siempre antes de cada juego lo hago, esto más que un rito, lo hago por ser agradecido.
Ya el profesor ha tocado la puerta, un compañero le abre y todos nos paramos frente a nuestras literas, fue algo que nos dijeron que hiciéramos cuando él entrara, aquí el que no respete se va para su casa, son muy estrictos todos.
—Buenos días estrellitas —dice el entrenador con una voz fuerte y notable—. Hoy es su primer entrenamiento, pues trotaremos treinta minutos, y hoy veré que tan eficientes son protegiendo y frente a la portería. Bueno andando —dice el profe mientras, todos nos dirigimos hacia afuera.
Mientras voy caminando por los pasillos, un poco nervioso, es algo que todavía no se me ha quitado, recuerdo que anoche, me había llegado un mensaje, el cual no pude ver porque me quedé dormido, cuando me paré no volteé a ver mi celular, solo quería que pasaran los minutos para salir ¿Será que mi abuelo me ha enviado?
Voy saliendo ya hacia la cancha donde comenzaremos a trotar, cuando alguien me pasa velozmente por el lado chocando mi hombro.
—Quítate idiota —dice el individuo mientras voltea mirándome con rabia. Yo sencillamente lo ignoro, no quiero meterme en problemas y menos en el primer entrenamiento.
Mientras sigo trotando ya ha pasado un rato, a lo lejos se escucha un pito y el profe grita.
— ¡El ultimo que llega paga!
Salgo corriendo y veo que he podido llegar entre los primeros y detrás de mí llega Brut.
—Por llegar de último, darás dos vueltas más —dice el profe dirigiéndose a nuestro compañero que ha llegado de último mientras otro se burla de nuestro compañero —Tú, darás tres sin bajar el ritmo
La verdad es que es muy estricto, trataré de ser lo más reservado posible y solo darme a demostrar en la cancha, no de otra manera.
—Siempre se los he dicho, esto es para gente seria, ustedes no tienen que pensar como profesionales, ustedes son profesionales, entonces me dejan la niñería y se ponen ¡serios! —Dice el entrenador con un tono fuerte
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Más allá de una cancha(Editando)
Novela JuvenilUn joven de 19 años llamado, Scott Ways; nacido en Los EE.UU, debe mudarse a Francia junto a su abuelo luego de haber perdido a sus padres a la edad de 8 años, en un accidente automovilístico. Desde pequeño siempre ha amado el fútbol y su sueño...