Si necesitas explotar, explota

287 19 5
                                    

     ¿Sabes? Es fascinante como el cuerpo de un hombre puede llegar a tener tales ganas de hacer "eso" que arrancarse el pene a pajas llegue a ser una posibilidad. Apuesto a que tú nunca has llegado a poseer tal necesidad y seguramente nunca la tendrás, no a tal grado. En realidad eso es maravilloso, habiendo personas como yo: con las ganas, con una mujer al lado, pero no la disposición de esta.
     Así era ella; mi dulce novia, Clara. Tal vez era detallista y considerada en algunas ocasiones, pero la mayoría de veces (si no es que todo el tiempo) tenía un pésimo humor que no soportaba ni ella misma. Yo solía preguntarme si valía la pena seguir con ella, aguantando maltratos y cosas por el estilo, solo esperando a cambio que un día por fin "aflojara", aunque claro, lo veía casi imposible. No es que yo fuera un tipo que se la pasara buscando tener sexo, claro que no, pero por supuesto que tenía mis necesidades... necesidades que tal vez ella nunca hubiera podido cumplir gracias a sus anticuadas ideas como «quiero casarme de blanco, el blanco significa pureza, por lo tanto no tendremos relaciones hasta que nos casemos».

     Eso es algo que no lograba entender: ¿por qué no hacer trampa? Hoy en día muchas mujeres se casan llevando encima un vestido blanco, y no creo que absolutamente todas hayan llegado vírgenes al altar (claro, eso si es que se casan por la iglesia). Lo curioso es que mis creencias religiosas y mis opiniones sociales son muy vagas, por lo que posiblemente no nos hubiésemos podido casar ante la ley ni ante la iglesia.
     A veces comparo la abstinencia con una puerta; una puerta y unas llaves. Es como cuando llegas de la escuela, del trabajo o de cualquier lugar y terminas por descubrir que perdiste tus llaves. Yo creo que es similar a esa desesperación, aunque cuando se te pierden las llaves tienes un millón de maneras para solucionar el problema: puedes brincarte por la azotea; puedes pedir prestado un gancho para ropa hecho de metal, deshacerlo e intentar abrir la chapa con él; puedes agarrar la puerta a golpes y tal vez abre. Entonces será como si la entrada al paraíso dejara el pórtico libre para que pases y goces de tu cama, del sillón, del refrigerador o de lo que se te antoje.

     La diferencia con mi caso es que mis posibilidades eran nulas, y a Clara le importaba un comino si me explotaban las pelotas por tener dentro un exceso de ingrediente para crear niños.

Nube De AlcoholDonde viven las historias. Descúbrelo ahora