Capitulo cinco

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Daryl

Corría a toda prisa por las calles estrechas de la ciudad ya muerta, esas cosas lo seguían desde atrás sin perder su rastro, corría sin propósito, corría por miedo, jamás imaginó que algo así llegara a suceder. Esta mañana todo era tan normal pero de un momento a otro las cosas comenzaron a salirse de control, a lo lejos pudo divisar un auto con sus puertos abiertas, estaba cansado, necesitaba descansar. Corrió a toda prisa, se encontraba ya cerca pero tropezó cayendo pesadamente al suelo, su tobillo dolía haciendo que este se quejara amargamente, esas cosas se acercaban cada vez más, sentía pánico de ser atacado, su padre murió debido a que lo mordieron, sinceramente poco le importo, solo fue un hombre egoísta que no conocía el verdadero significado del amor, desde que él era pequeño este lo maltrataba física y psicológicamente, cosa que lo marcó definitivamente. Mentiría si dijese que la muerte de su padre fue algo que le doliese, al contrario, disfrutaba de aquel momento, se mantenía de pie sin quitar la mirada de los ojos inquietos de su padre, en su mano derecha sujetaba un cuchillo el cual no utilizo hasta que una de esas cosas se abalanzó sobre él y enterró el cuchillo en uno de sus ojos haciendo que este cayera inerte, sin vida al suelo. Sus manos sudaban y fue ahí cuando entendió que ahí no estaba a salvo, tenía que refugiarse en algún lugar.

 Aun en el suelo, pudo divisar a su espalda una horda, no lo dudo dos veces para hacer su mayor esfuerzo y levantarse, su tobillo dolía pero debía salvar su vida.

Finalmente logró subir al auto, cerró la puerta detrás de sí mientras que se sentaba exaltado en el asiento de copiloto, respiro reiteradas veces para así calmar su ritmo cardiaco, cerró los ojos pero no dudo en abrirlos al sentir una serie de gruñidos a su espalda, giró su cabeza deseando no haberlo hecho, lágrimas brotaron de sus ojos, no podía creer lo que estaba frente a sus ojos, un pequeño bebé de apenas unos dos años se encontraba con su rostro desfigurado debido a las múltiples mordidas que de seguro minutos antes le habían hecho esas horribles criaturas, sentía como su piel hervía no podía creer que algo tan inhumano estuviera sucediendo, tenía la necesidad de acabar con su sufrimiento pero no podía. Gritó con toda la fuerza de sus pulmones queriendo acabar de una vez por todas con esto, sin darse cuenta esas cosas llegaron hasta el auto, comenzaron a golpear los vidrios haciendo que la alarma de este comenzara a sonar.

-Maldición-se quejó por lo bajo mientras rebuscaba las llaves bajo el asiento.

Sin obtener resultado se cambió de asiento quedando frente al volante, movió algunos cables por debajo de este, conectando algunos para luego encender el motor y arrancar. Una sonrisa victoriosa salió de sus labios, durante dos años se quejó por el hecho de ir a una correccional pero seguramente muchas cosas que aprendió allí le ayudarán con el día a día. Manejaba a una velocidad moderada, su único objetivo era llegar hasta su hermano, que seguramente se encontraba bebiendo en su pequeño dormitorio, el cual decidió irse de la casa hace unos años atrás, seguramente se cansó de los malos tratos de su padre, nunca tuvo una gran cercanía con su hermano, al contrario él era igual de despreciable que su padre.

Las calles estaban casi vacías, muy pocas de esas cosas se encontraba caminando sin rumbo por las calles de la ciudad, se detuvo en seco al oír los reiterados gruñidos a su espalda, se giró nuevamente topándose con los ojos fuera de sí de la pequeña, cerró los ojos llevándose ambas manos a la cabeza, miró al frente, se preguntaba una y otra vez ¿Qué debo hacer? Pero las respuestas no llegaban por más que preguntase.

-Lo siento- musito en voz baja antes de sacar la pequeña navaja que se encontraba en su bolsillo y enterrarla en su cabeza. Nunca jamás había matado a una persona, entendía claramente que ahora no había asesinado a una, sino que le había ayudado a no seguir sufriendo, esas cosas no eran personas, todo lo contrario eran seres muertos que no sentían ni pensaban pero de igual modo se sentía muy mal por lo que acababa de hacer. Secó las lágrimas restante de su mejilla y prosiguió su camino llegando finalmente a un túnel, un túnel extremadamente largo, sus luces parpadeaban, cuerpos inertes en el suelo, sangre caía desde el techo, la tensión se sentía, era algo realmente terrorífico. Logró avanzar muy pocos metros ya que muchos autos detenidos impedían seguir avanzando, se bajó sigiloso omitiendo cualquier ruido, en su mano derecha mantenía su navaja atento a cualquier movimiento, caminaba sigilosamente haciéndose paso entre cuerpos bañados en sangre seguramente atacados por esas cosas, oyó gritos desgarradores desde el otro lado, comenzó a desesperarse pero mantuvo la calma al recordar su propósito, debía de encontrar a su hermano, no podía arriesgar su vida, ahora no.

Se escondió detrás de un auto a la espera de que las cosas se calmaran pero no sirvió de mucho ya que dentro de este había personas contaminadas que sacaban los brazos hacia fuera para poder alcanzarlo, la alarma comenzó a resonar entre las gruesas paredes del túnel llamando la atención de los demás, cada vez se acercaban más y más, la alarma dejo de sonar pero esas cosas seguían acercándose. Sin previo aviso una chica con un traje negro ajustado con un arco y flecha a su espalda salió de una camioneta y comenzó a golpear los demás autos haciendo que estos comenzaran a sonar escandalosamente llamando la atención y desviando el camino de esas cosas, sus miradas chocaron pero rápidamente esta salió corriendo hacia el lado contrario a él, este salió de atrás del vehículo abriendo la puerta de este dejando salir a tres de esas cosas clavando rápidamente la navaja entre sus ojos. Busco con la mirada a la chica misteriosa pero esta se encontraba ya bastante lejos como para visualizarla.

Intento seguirla pero para ese entonces ya no estaba, se escuchaban gruñidos los cuales hacían eco en el túnel, era imposible salir en auto ya que múltiples autos estacionados impidiendo el paso se encontraban allí. Siguió caminando lo más rápido posible para poder llegar hasta el fin, se escuchó un gruñido detrás de él lo que le hizo voltear de inmediato encontrándose con una criatura a tan solo unos centímetros de él, se lanzó a atacarlo y le hizo caer, trataba de separarlo con tan solo una mano porque con la otra trataba de alcanzar su navaja la cual se había caído al suelo, cada vez le costaba más mantenerlo alejado de sí mismo pero se avecinaba una gran horda por lo que debía de darse prisa. Finalmente tomó la navaja y la clavó en su cabeza, logró tirarse a un lado cuando este cayó al suelo evitando que cayera encima de sí, comenzó a correr hacia la salida mientras que detrás él le seguían no muy de cerca una gran horda, corría y corría sin parar, no podía parar, debía de llegar con Merle, finalmente la carretera estaba algo despejada, tomo un auto no sin antes despejarlo y se dirigió al pequeño apartamento de su hermano.

-Merle, ábreme, soy yo Daryl-decía mientras golpeaba la puerta reiteradas veces hasta que escucho que alguien tosía.

-Déjame solo idiota-

-Merle debemos de ir a un lugar seguro, no sabes con lo que me he encontrado, ábreme por favor no seas necio.-hace ya bastante tiempo no hablaba con Merle, definitivamente era un idiota pero también era su hermano y debía de ayudarlo.-

-¿Qué pasa contigo Darylsita?-decía mientras abría la puerta, tenía un aspecto horrible estaba ebrio o drogado, tal vez ambas.

Entró a su departamento, cerrando la puerta a mis espaldas y asegurándola con pestillo.

-¿Extrañas a tu hermanito?-decía Merle acercándose a él intentando abrazarle.

-Hey no digas boberías, tienes que acompañarme, nos iremos de aquí.-decía mientras lo empujaba lejos de sí.

-¿Por qué me debería de ir hermanito? Aquí estoy bien.- se reía amargamente.

-Pedazo de idiota no estoy bromeando de ser así no te hubiese venido a buscar hasta aquí-

-Está bien, ahora ¿me dirás lo que está pasando?-

-Afuera, hay personas que comen personas, las atacan y estas despiertan como esas cosas-

-Jajajajaja Darylsita estás peor que yo hermanito-se sentó en el sillón riendo a carcajadas.

-Deja de reírte imbécil, no es ningún tipo de broma, es verdad puedes confirmarlo si quieres.-lo tomó del cuello de su camiseta y lo empujó hasta la puerta.

Este se rió y abrió la puerta, salió hacia afuera y comenzó a gritar.-Mi hermano es un imbécil-se mantuvo en el pasillo riendo a carcajadas-Oh Daryl estás loco.-seguía riendo sin darse cuenta que a su espalda se encontraba una de esas cosas a punto de atacarlo.

BROKEN (Seddie + TWD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora