Se Busca Novia | s.a

«Catorce.

SEBASTIAN.

Suspiró; ante su notable nerviosismo. Una conversación de madre e hijo, hablando típicamente eso parecía. Pero claro, era Juana de quien hablábamos; si quizás sería una gran madre pero a la hora de castigar a sus hijo ellos deberían tenerle miedo, si.

- ¿Escuche que tendrías una cita? -Sonrió; ¿Que había dicho? Literal, estaba diciendo que todos habían cooperado para enviar el mensaje; era graciosamente extraño verla así- Ay no, así no debí haber comenzado. Espere y empiezo otra vez -suspiró dramáticamente- Bien, la verdad no se como comenzar y tampoco sé en que acabaré con esto pero el punto de todo, es que quiero tu bien; en verdad todos queremos que estés bien.

- ¿Quieres empezar otra vez? -reí; su puño chocó graciosamente en mi brazo, al parecer no estaba para bromas.

- Calla, y deja que continúe luego me cortarás la no inspiración; de verdad no se que decirte sin ser sincera -negó.

La sinceridad era parte de ella; y si era mi amiga tenía que aceptar que fuese directa y demasiado sincera.

- Solo di lo que quieras, ambos sabemos que luego me terminaras diciendo "Eres un idiota" -hice un intento fallido de su voz, rió asintiendo.

- Igual, ese no es el punto. De lo que te quería hablar, era de que no eres un idiota; no, si eres un idiota y más idiota a la hora de coquetearle a una chica pero eso no quiere decir que seas un idiota -colocó de lado su cabeza, dudando de lo que había dicho.

- Ósea ¿Me éstas diciendo idiota, pero a la vez no? -la mire extraño, pero era obvio que Juana terminaría diciendo algo así, no por lo tonto que había sonado sino porque era la realidad y ella al decirla sonaba gracioso, pero no era así.

- Ya, dejame decirte solo que ninguna estúpida te merece si solo te quiere porque eres "Sebastian Arango" -hizo comillas, utilizando una voz chillona- Sino por el Idiota Sebastian que eres.

- ¿Gracias? -

- Por nada -sonrió.- Y que te sirva de lección toda tu vida, porque las chicas van y vienen pero los amigos son para siempre.

- De acuerdo, nunca me habían dicho en una dirección tantas cosas como: Que no merezco a una mala chica, o que soy un idiota pero no lo soy -la volteé a ver, rió- O que me extrañaran cuando tenga novia.

- ¿Quien no va a extrañar al idiota solterón del negro Arango?

- Haré como que no escuche eso -reí.