«Once.

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SEBASTIAN.

Mario.

Apareció en la sala; más sonriente de lo normal, al parecer todos andaban felices y decidían que sus planes para hoy serían estar fuera del apartamento, excepto por Mario y por mí.

Se sentó a la par mía; lo observe extraño cuando empezó a mover de manera rara sus manos, suspirando comenzó a titubear.

– ¿Entonces, como te va? –sonrió con exageración, parecía algo nervioso y ansioso.

– Bien –lo seguí viendo extrañado, algo le sucedía– ¿Te sucede algo?

– ¿A mi? –se señaló, asentí– Eh, no ¿Porque me sucedería algo? Estoy completamente perfecto.

– De acuerdo –sin más, volteé la mirada hacía mi teléfono dejando ver el mensaje nuevamente, me alegraba que no era por WhatsApp porque quedaría en visto y sabría que no hubo respuesta.

Aun tenía esa duda, el mensaje ¿Como había sucedido?

– Sabes..–empezó a hablar– Tú eres genial Sebastian, no tienes que tratar de ser perfecto para una chica, porque a como eres, esta bien. Eres divertido, buen amigo y aunque ciertas veces seas un idiota –lo mire extraño– Eres increíble; no tienes que cambiar por una chica, ni por Kendall Jenner, porque date cuenta que si la chica no se fija en ti siendo completamente tú, no vale la pena que quieras tener algo con ella –finalizo suspirando.

Eso, no parecía que lo hubiera dicho Mario; Todos trataban de que me sintiera bien, pero era imposible, estaba siendo demasiado negativo y eso tenia que cambiar.

No llegué a decir nada, por su interrupción:

– Con sinceridad, deje que la chica sea la que se adapte, mientras que ambos no cambien y el sentimiento si existe aún esta ahí, eso quiere decir que siendo ustedes mismos pueden llegar a estar juntos –sonrió– Ahora deja que me sorprenda ¿Yo dije todo eso? No mame ñero ¿Cuando se me salió toda esa cursilería?

Negué riendo, suspire al recordar sus palabras; todo era extraño, primero Sebastián y ahora Mario.

Una Hora Más Tarde.

Busque rápidamente mi teléfono, no me iría sin él. Demonios, tenía que dejar de pensar tanto y actuar, por instintos quizás terminaría mal pero tenía que hacerlo.

Al fallar en la busca del teléfono, decidí que era mejor dejar de buscarlo y irme a ver a mi mamá, extrañaba a esas dos personas importantes de mí familia y de verdad no hacía daño dejar el teléfono por siquiera un día.

Al salir de la habitación, todos estaban en la sala; ellos últimamente se comportaban extraño, pero lo pasaría por alto eso, gracias a la tardanza.

Se Busca Novia | s.aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora