Desperté y voltee hacia la cama de alado. Estaba vacía, como si nadie hubiese estado aquí. ¿Fue todo un sueño de nuevo? En eso escucho a alguien salir del baño.
-oh lo siento, es que siempre tomo un baño por las mañanas- sus mejillas se enrojecen ligeramente
-está bien-
-oye, la razón por la que no fui por ti ese día...- no lo dejo terminar
-lo siento, ¿podemos hablar en otro momento? No me siento bien- tenía una increíble migraña, ni siquiera podía ponerle atención
-claro- sonríe y se sienta en la orilla de mi cama
-¿qué sientes bebé?- ¿bebé? Que le pasa
-mm pues me duele la cabeza- el nota algo de confusión en mi mirada y pareciera que puede leerme la mente
-perdón por llamarte así, solo fue algo de costumbre-
-¿me puedes pasar las pastillas de la mesa?- digo señalando una caja blanca de pastillas sobre el escritorio del hotel. Se para rápidamente y también me trae una botella de agua
-aquí está- me deposita la pastilla en la mano y aún sostiene la botella de agua en sus manos
-Jane... me tienes loco-
-¿a que te refieres?-
-me gustas demasiado, desde que te vi no puedo sacarte de mi mente, este tiempo que estuve lejos de ti no podía ser feliz porque me hacías falta tu-
¿Que rayos? No sé que decir. También lo quiero, ¿no es así?